Operativa 7. Éste es el nombre que recibe la nueva normativa por la que se han reducido los márgenes de error de los radares. Esta norma, que se implantó sin previo aviso a inicios de este año, se traduce en un aumento de multas por exceso de velocidad.
Si el humano no es perfecto, las máquinas mucho menos. Esto lo tuvo en cuenta la DGT cuando impuso un margen de error en el que, si un coche alcanzaba los 130 km/h en un tramo de velocidad máxima de 120km/h, no se le multaba. En cambio, con la implantación de esta operativa los márgenes se han reducido. Los radares fijos saltarán si el conductor supera en 5km/h la velocidad permitida siempre que el coche vaya a menos de 100km/h, mientras que si va a una velocidad mayor a la centena, se permitirá que exceda la velocidad máxima en un 5%. Lo mismo pasa con los radares móviles, en los que se permite un margen más alto: 7km/h en una medición menor de 100km/h y del 7% si es superior. Esto provoca que, a partir de ahora, el conductor debe tener mucho más en cuenta que los cuentakilómetros de los vehículos suelen marcar una diferencia con la velocidad real de 4 a 8 km/h.
Sin embargo, la aplicación de esta normativa entra dentro del marco legal, ya que las velocidades permitidas no han cambiado. De hecho, muchas comunidades ya se sometían a esta normativa antes de que se llevara a cabo a nivel nacional. Según comenta Mario Arnaldo, director de la Asoaciación Europea de Automovilistas (AEA), lo único que ha hecho la DGT es “suprimir un regalo”.
Los radares más 'cañeros'
La razón de que la 'Operativa 7' se aplique ahora y no anteriormente es que tiene “un afán recaudatorio más que preventivo”, según explica el director de la AEA. De hecho, con la implantación de esta norma, la AEA prevée un aumento de denuncias, que ya son más de 1,8 millones al año sólo por exceso de velocidad.
La DGT ya recaudaba más de 508 millones gracias a los más de 1000 radares (855 fijos, el resto móviles) que hay en España. En 2013, la AEA realizó un estudio sobre los radares que más multaban de España. Sin duda, la A-6, autovía que va desde A Coruña hasta Madrid se lleva la palma: desde el km 529,55 de Lugo, pasando por el 343 de León hasta pasar el peaje, en el tramo del km 49,26 hasta el 56'60, en la provincia de Madrid están algunos de los radares que más multas reparten.
Las autovías de Jaén, Sevilla, Teruel, Cuenca o Cáceres son otros de los puntos en los que se debe conducir con una mayor prudencia. Aunque las nacionales tampoco se libran de su presencia. En la carretera N-1 de Guipuzcoa, en el kilómetro 446,04 en dirección a Vitoria espera otro de los radares más recaudatorios.
¿Medida preventiva?
La AEA niega que, con la aplicación de esta norma, se busque reducir la peligrosidad de las carreteras. En un informe realizado en el 2014, la Asociación investigó acerca de cuántos eran los puntos negros y tramos de concentración de accidentes. Las conclusiones que obtuvieron fue que había un total de 160 carreteras de alta peligrosidad. Sin embargo, más sorprendente resultó que sólo 9 de esas vías tenían radares.