La muerte del cabo Francisco Javier Soria Toledo este miércoles en el sur de Líbano a consecuencia de un ataque del Ejército israelí contra milicianos de Hezbolá ha elevado a 13 el número de militares españoles fallecidos en la misión de la ONU en este país desde que el Gobierno autorizó el despliegue en el año 2006.
El suceso más trágico para el contingente español en el curso de esta misión internacional ocurrió el 24 de junio de 2007, cuando seis militares perdieron la vida al explotar una bomba contra el blindado en el que viajaban en Sahel al Derdara, en el curso de una misión rutinaria.
El resto de bajas se produjeron por accidente de tráfico o por infarto. Las más recientes ocurridas con anterioridad a la de hoy tuvieron lugar el año pasado: en febrero, un soldado murió en el accidente de tráfico de un blindado, mientras que en marzo otro falleció por una caída fortuita de su litera que hizo que se golpeara en la cabeza.
Desde que en 1989 las Fuerzas Armadas empezaron a participar en misiones en el exterior, un total de 168 españoles han perdido la vida en el curso de estas operaciones. De todos ellos, 159 eran militares y ocho guardias civiles, además de tres intérpretes nacionalizados españoles.
Afganistán, la operación con más bajas
La misión que más víctimas mortales se ha cobrado, 100, ha sido la de Afganistán, en la que las tropas españolas participan desde 2002. Procedentes de este país eran los 62 militares que fallecieron en el accidente del Yak 42 que se estrelló en Turquía en mayo de 2003, siendo hasta el momento la mayor tragedia que han sufrido las Fuerzas Armadas en tiempos de paz.
De la misión de Afganistán también son las 17 bajas que sufrió el contingente español en el accidente de un helicóptero Cougar durante una operación de reconocimiento en agosto de 2005. Este siniestro ocurrió a unos 20 kilómetros al sur de Herat, en el oeste del país asiático, donde las tropas españolas han desarrollado la mayor parte de su misión.
Y en agosto de 2010, un talibán infiltrado como chófer mató a dos guardias civiles y un intérprete de español en la entonces base española en Qala-e-Now, situada en la provincia de Badghis y cuya responsabilidad se entregó a las autoridades afganas hace año y medio.
La segunda misión en número de bajas, 23, ha sido la de Bosnia. La mayoría de los fallecimientos se produjo por accidente de tráfico, el más grave, con cuatro muertos, en junio de 1993, cuando un blindado cayó al río Neretva, en la localidad de Mostar.
Fallecidos del CNI en Irak
En la anterior misión en Irak –ya que este año acaba de empezar otra para adiestrar al Ejército contra el Estado Islámico– fallecieron 11 españoles, siete de ellos espías del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en una emboscada de la insurgencia al sur de Bagdad en noviembre de 2003.
En la misión de Kosovo, por otra parte, otros 11 militares perdieron la vida, la mayoría por accidente de tráfico o infarto. Ninguno de ellos murió por acciones hostiles o ataques.
Por otro lado, cuatro militares que participaban en la Misión de la ONU para la Estabilización de Haití (Minustah) murieron en abril de 2010 al estrellarse el helicóptero en el que regresaban a su base en Petit Goave, en República Dominicana.
Además de todos estos efectivos, las Fuerzas Armadas españolas han sufrido también bajas en otras misiones en las que han participado en los últimos 25 años, como Guinea Ecuatorial, El Salvador, Guatemala, Timor Oriental e Indonesia.