A Pablo Iglesias se le revoluciona el gallinero. Aunque la rebelión ni es nueva, ni parece que acabe aquí. La mecha prendió en Cantabria, pero está a punto de encontrar su eco nacional e incluso internacional. El sector crítico liderado por Juanma Brun (secretario general de Podemos Santander) e inmerso actualmente en un proceso de expulsión de la formación liderada por Pablo Iglesias, está intentando articular un listado con gente en circunstancias similares a las suyas. Que hayan sido apartadas o expulsadas por la Comisión de Garantías Democráticas, o que hayan hecho denuncias y no se les haya escuchado por ir dirigidas contra los que forman parte de las listas oficialistas. «Lo que estamos intentando es crear un listado con el que quede reflejado la falta de imparcialidad del órgano que está decidiendo estas cuestiones», explica Brun a estrelladigital.es, que asegura contar con el apoyo de compañeros no sólo en España, sino también fuera, como en Moscú y París.
Su guerra comenzó hace dos meses, aunque se ha recrudecido en los últimos días. En enero, en plena vorágine de la elección de secretarios generales autonómicos, el líder de Podemos Santander lideró una campaña ('Yo también soy Podemos') con la que quiso denunciar la «interferencia» de la cúpula en el proceso de elección de los líderes regionales. A ella se sumaron muchas candidaturas de todas las comunidades autónomas alternativas a las oficialistas. Pero de poco sirvió. Finalmente, las listas avaladas por Pablo Iglesias y su equipo consiguieron ganar en todas las comunidades autónomas, salvo en Aragón (Pablo Echenique), y casi en Cantabria. Un 2% de votos fue lo que distanció a la lista crítica de la oficialista cántabra, liderada por José Ramón Blanco, el actual secretario general de Podemos Cantabria.
Hoy, denuncia Brun, está viviendo las consecuencias de todo aquello. La Comisión de Garantías Democráticas de Podemos Cantabria ha acordado invalidar su candidatura y la de otros tres miembros de su lista, 'Sí se puede', (Roberto Mazorra, Ángela Benito, Mariasun Arenado) a las primarias para elegir a los candidatos al Parlamento autonómico que concluye el 29 de marzo y ha iniciado el proceso de expulsión. Las razones esgrimidas por dicha comisión son dos. Por un lado, el supuesto «apoyo» de Brun a «procesos municipalistas». Y por otro lado, unas «declaraciones a los medios de comunicación» sobre la otra candidatura, la oficialista 'Claro que Podemos', a las que Brun acusó de hacer «vieja política» en determinadas prácticas electorales.
En declaraciones a ESTRELLA DIGITAL, Brun se defiende de ambas. «Yo no soy promotor de ningún partido ni a nivel autonómico ni local. Eso es falso. Yo siempre he dicho que sólo me voy a presentar por mi partido, que es Podemos», sentencia Brun. El cántabro sí reconoce haber seguido de cerca el nacimiento de un partido local cercano al ideario podemita. «En Cantabria, como en otros sitios, están surgiendo para las elecciones municipales partidos con gente afín«, explica el líder santanderino, según el cual, el proceso fue iniciado por ellos, pero lo lideran otros. «Yo no formo parte de este partido, eso son cosas a las que ellos recurren para justificarse», insiste Brun. «No hay ninguna manifestación que yo haya hecho, ni tienen ninguna prueba con la que puedan demostrar que participo en otro partido. Yo solo estuve en la misma asamblea en la que también estuvieron algunos de miembros de 'Claro de Podemos' para ver qué estaba pasando», remata.
Aunque éste no es el único problema. El secretario general de Podemos Cantabria, José Ramón Blanco, compareció el pasado 24 de marzo ante la prensa para anunciar la invalidación de la candidatura de Brun, y aunque aseguraron no tener «acreditada» dicha información, le acusaron de «impulsar la creación de otro partido político que pueda competir con Podemos en las elecciones autonómicas». «Eso es falso», insiste Brun, quien asegura que lo único que puede utilizar la formación en su contra es uno de los artículos del reglamento que advierte «sobre ataques o acciones violentas, agresivas y xenófobas». «Dicen que yo he tenido alguna actuación de esas porque en unas declaraciones a los medios de comunicación dije que la otra parte estaba haciendo cosas parecidas a la vieja política», explica el cántabro.
Dicha denuncia partió de Álvaro -candidato independiente- quien asegura en una carta remitida a los medios de comunicación que Juanma Brun es un «oportunista» y que la lista que éste lidera está «movida por el odio» hacia 'Claro que Podemos'. Álvaro niega tajantemente que esta denuncia por «prácticas poco éticas» esté promovida desde la dirección regional o estatal. El líder santanderino insiste en que él lo «único» que hizo fue «denunciar» que en ningún momento la lista oficialista «había querido integrar a los críticos». «Ellos insistían en eso y yo les dije que aquello era falso», remata el santanderino.
El problema: «tener un criterio distinto» a Iglesias
Sea como fuera, Brun está convencido de que sólo hay una razón que explique su situación: «tener un criterio distinto» al de Pablo Iglesias. Y su sentencia de muerte fue la campaña 'Yo también soy Podemos' que lideró a nivel nacional. Según explica a este diario, cuando se enteró de que se había iniciado un proceso de expulsión contra él llamó a Madrid. Habló con Jesús Montero, miembro del consejo estatal y secretario general de Podemos en la ciudad de Madrid. «Fue una conversación muy agría, sobre todo por mi parte», reconoce Brun. Pero fue la que le sirvió para abrir los ojos. Según relata Brun, Montero le alertó de que si pensaba que «sus actos no podían tener consecuencias», en referencia, «a la campaña que yo lideré en enero», asegura el santanderino. «La finalidad de Iglesias es apartar a los que no piensan como él», denuncia Brun. Y lo primero que ha hecho ha sido recurrir a la Justicia para denunciar su situación.
Ya está interpuesta una querella criminal contra la dirección. Según los críticos, la decisión del Comité de Garantías se basa en una prueba obtenida de forma «ilícita» e incluso «delictiva»: 325 hojas de conversaciones privadas de WhatsApp. Por esta razón, Brun y su equipo han solicitado como medidas cautelares que se suspenda su invalidación temporal. Y en caso de que esta resolución judicial no llegue «a tiempo» pedirán subsidiariamente que se suspenda este proceso de votaciones. En caso de celebrarse éste, pedirán que se invalide y se convoque de nuevo. «Sabemos que es complicado, pero estamos dispuestos a llegar hasta el final», advierte. «Nos han hurtado la posibilidad de participar en el proceso y que la gente nos vote», remata. La lista 'Sí se puede' sí participa en el proceso de primarias, pero con Antonio Mantecón a la cabeza.
Lo siguiente que hará será una lista negra contra la cúpula. En concreto, la idea es elaborar un listado «con los que han sido expulsado por pensar de manera diferente». Brun denuncia varias varas de medir. ¿Cuántos oficialistas han sido apartados y cuantos críticos han sido apartados? Esto es lo que van a denunciar.
Discrepancias con la cúpula
Decepción y desilusión. Estos son los dos sentimientos que actualmente imperan en los famosos círculos de Podemos. O eso al menos denuncian los críticos. «Los círculos están muriendo», alertan los mismos. «A nosotros nos ilusionó Podemos porque nos hablaron de un proyecto participativo y transversal. Pero conforme pasan las semanas y los meses nos encontramos con un partido cada vez más jerárquico, vertical y nada participativo. Lo que nos distinguían eran los círculos. El empoderamiento ciudadano, que no se hace en los órganos de dirección, sino en los círculos», advierte Brun, que asegura que la gente se está dando cuenta de que al final «siempre mandan los mismos».
Hay quien acusa al líder cántabro de «aprovecharse» del 'fenómeno' Podemos para lograr «ambiciones personales», pero él asegura que lo «único» que pide a la cúpula es que «deje hueco para el debate». «Yo no quiero imponer mis ideas, pero tampoco quiero que me las impongan. Que se discuta y se vote. Lo que no pueden es robar el debate a la gente», advierte Brun, que asegura que si Podemos «sigue por este camino» en los próximos comicios obtendrá «un 15-16% de votos, pero no será la alternativa del cambio que aspira a ser».