Cristel Nangnou se queda finalmente en España. La joven camerunesa que llevaba más de tres semanas retenida en el aeropuerto de Adolfo Suárez-Barajas ha evitado que la devuelvan a su país de origen, donde tiene una orden de detención por su condición de activista de los derechos de las mujeres lesbianas. El Ministerio del Interior le ha concedido este miércoles una autorización de estancia temporal en España por motivos humanitarios.
El departamento dirigido por Jorge Fernández Díaz, que anteriormente había denegado la solicitud de asilo a Cristel, concedió finalmente su entrada en España mediante otro procedimiento -la autorización de estancia- tras la mediación de los grupos parlamentarios de la oposición y la petición de éstos para que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, resolviera la situación. La joven había pedido a la Audiencia Nacional que paralizase la deportación, pero no atendió a su demanda, y finalmente recurrió al Tribunal de Estrasburgo, que detuvo el proceso cautelarmente, y se pronunciará previsiblemente el viernes.
La autorización de estancia tendrá vigencia en tanto la Audiencia Nacional decide sobre el recurso que Cristel presentó contra la denegación de su solicitud de asilo, proceso que podría prolongarse más de un año, conforme los términos que ha planteado Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en un escrito. Durante este tiempo, ella podrá permanecer legalmente en el país, aunque no trabajar.
«Ha sido una negociación buena y técnicamente se ha visto cuál era la solución. Se ha hecho con la ley de la mano«, afirmó la diputada socialista Delia Blanco tras visitar a Cristel en el aeropuerto. La joven, de 29 años, ha sido trasladada a un centro de acogida de la Cruz Roja en la Comunidad de Madrid, donde permanecerá bajo tutela de la ONG, que tiene un convenio para «situaciones de primera acogida». Además, la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) ha promovido una iniciativa de recogida de firmas en internet para solicitar al Ejecutivo el derecho de asilo para la camerunesa.
Cristel llegó hace tres semanas al aeropuerto de Madrid con un documento de identidad falso en busca de asilo por persecución por orientación sexual. La homosexualidad está penada en Camerún con hasta cinco años de cárcel. La joven contaba desde su encierro en el centro de inadmitidos del aeropuerto de Madrid que «todas las mujeres que conoce» habían sido condenadas por lesbianas habían desaparecido y «nunca más se había sabido de ellas».