jueves, octubre 3, 2024
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Rajoy advierte a sus críticos de que será el candidato en las generales

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Lo que hace dos días era una afirmación, hoy se ha convertido en una interrogación. Así es la política. A finales del año pasado, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afirmaba tanto en conversaciones formales como informales con periodistas que su intención era cumplir el calendario electoral. Los rumores por entonces apuntaban a la posibilidad de retrasar la convocatoria general hasta enero de 2016, para conseguir los mayores progresos económicos posibles y asegurarse una nueva victoria. Pero en la última copa de Navidad en Moncloa, fue categórico al respecto: ni se adelantarían, ni se retrasarían. Esto era que su intención era celebrarlas en noviembre, cuando se cumplen los 4 años de su llegada al poder. Hoy, estos rumores se han vuelto a disparar. Ahora, la teoría predominante es el adelanto electoral, y la fecha elegida no podía ser más significativa: el 27 de septiembre, el mismo día que Artur Mas tiene previsto convocar sus famosas elecciones plebiscitarias en Cataluña.

Lo que hasta el momento parecía impensable, en palabras del propio gabinete del presidente, hoy comienza a coger fuerza. Y el presidente del Gobierno ha contribuido este lunes, durante su intervención en el desayuno informativo organizado por Europa Press que ha protagonizado en la capital, a añadir más leña al fuego. «¿Entra entre sus planes adelantar las elecciones al 27 de septiembre?», la pregunta no podía ser más clara, y la respuesta de Rajoy más inconclusa. Tras varios minutos de silencio y titubeos, el presidente se ha arrancado, para sorpresa de los allí presentes -el Gobierno y el PP casi al completo-, con un «yo no voy a descartar nada». El murmullo y el asombro de sus compañeros de partido ha sido manifiesto. Lo que hasta el momento sólo eran habladurías y chismes que circulaban por los mentideros políticos, se acaba de convertir en una opción real que el presidente no descarta públicamente.

Claro que como suele ser habitual en sus respuestas, y como buen gallego que es, aún no hay nada definitivo. Ha dicho no descartar un adelanto electoral, pero a continuación ha rematado que entre sus «innumerables defectos no se encuentra hacer cositas a corto plazo». «La idea es para finales de año», ha zanjado el presidente del Gobierno, con una media sonrisa dibujada en su cara y una actitud guasona a la que no siempre nos tiene acostumbrados. Está claro que el juego a este respecto no le disgusta. Artur Mas le amenaza con unas elecciones plebiscitarias, y él con adelantar las generales. Eso sí, minutos antes ya había querido insistir en que esa fórmula electoral «no existe» en España. «Lo que Artur Mas convocará, si así lo desea, serán unas elecciones autonómicas. Conviene decir la verdad a la gente», ha zanjado Rajoy.

Menos dudas ha demostrado tener cuando le ha tocado responder sobre su futuro político y el de su formación. Rajoy ha lanzado una importante advertencia a los díscolos y críticos de su partido: pase lo que pase el 24 de mayo él será el candidato del PP en las elecciones generales y no habrá cambios importantes en la cúpula de la formación. Las demoledoras encuestas que llevan publicándose desde principios de año y los últimos escándalos protagonizados por miembros o exmiembros de su formación -Rato, Trillo y Pujalte-, han generado un caldo de cultivo que no se percibía en el partido desde 2008. Una atronadora crisis interna que no hace otra cosa que fabricar titulares sobre la posibilidad de que Rajoy no sea candidato en las generales; o que su 'número dos' en Génova, María Dolores de Cospedal, caiga tras el 24M. Aunque todo ello ha sido descartado por el presidente del Gobierno. «Sí, sí, quiero ser el candidato y confíen en mí, les irá bien», ha sido el primer aviso a navegantes. Y «no tengo ninguna intención de provocar ningún cambio en el partido. Se lo digo con absoluta franqueza», ha sido el segundo.

Rato, Trillo y Pujalte

En lo que a Rodrigo Rato respecta, el presidente del Gobierno ha optado por pasar palabra. «Ya he dicho todo que tenía que decir. Rato fue compañero mío e hizo una gran gestión. Las cosas son como son y lo mejor que podemos hacer es dejar que sean las instituciones responsables las que tomen las decisiones sobre este asunto porque es bueno para ellas, y que Rato se pueda defender de las acusaciones que se han hecho de la mejor manera. El Gobierno ya ha hecho todo lo que tenía que hacer», ha aseverado el presidente. Dicho esto, y tirando de argumentario oficial, se ha vuelto a poner la medalla: «Hemos aprobado un paquete de leyes como no se ha hecho nunca desde 1977 en España, otra cosa es que no hayamos sabido explicarlo bien, pero desde el punto de vista de prevenir esos acontecimientos hemos dado pasos adelante importantes». Rajoy sabe que la corrupción le puede pasar factura, aunque ha querido tranquilizar a los suyos y recordar ante los miembros del Gobierno, la cúpula del PP, los presidentes del Congreso y el Senado, y las candidatas 'populares' en Madrid, Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes, que el PP «ganó el año pasado las elecciones europeas».

Sobre el régimen de incompatibilidades de los diputados, y al calor de la polémica surgida tras conocerse que Federico Trillo y Vicente Martínez-Pujalte cobraron más de 400.000 euros por labores de asesoría en su etapa de parlamentarios, el presidente ha querido dejar claro que esa regulación le corresponde al Poder Legislativo, aunque al igual que hiciera la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría el pasado viernes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, ha querido poner la puntilla: «Es muy importante no alejar demasiado a los diputados de la Cámara. Corremos el riesgo de que sólo se dedique a la política alguien con recursos ilimitados o alguien con más bien pocos recursos y conviene que el Parlamento sea muy representativo del conjunto de la nación».

 

 

 

 

 

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