Son todos los que están, pero no están todos los que son. La Comisión Europea ha señalado a través de una denuncia ante el Tribunal de Justicia europeo la existencia de 61 vertederos ilegales sin sellar repartidos en seis comunidades autónomas: Andalucía, Islas Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha, Castilla y León y la Región de Murcia. Sin embargo, las organizaciones ecologistas denuncian que el número total de depósitos de residuos que incumplen la legislación a nivel autonómico, nacional y comunitario es incalculable y que están presentes por todo el país. De hecho, el pasado mes de junio un macro vertedero ilegal situado en la zona de Rivas Vaciamadrid ardió sin control durante más de una semana y no formaba parte de la lista publicada por Bruselas. “Es muy difícil calcular cuántos hay. Cuando hablamos de vertederos nos referimos a los que reciben millones de toneladas de basura, a los medianos y a los pequeños. Es casi ilimitado el número de pequeños o medianos vertederos que salpican toda la geografía española”, afirma a EstrellaDigital.es Daniel López, responsable del Área de residuos de Ecologistas en Acción. Y hay más casos, como por ejemplo el del vertedero ilegal ubicado en Seseña (Toledo) que abarca casi diez hectáreas y acumula millones de neumáticos sin control desde el año 2002.
Es más, López asegura que aunque el vertedero sea legal y cuente con los permisos pertinentes para gestionarlo, no significa que esté cumpliendo la ley. “No todos los vertederos legales están controlados y algunos no se ajustan a la legalidad. Un vertedero legal es que ha cumplido los trámites, pero la gestión de la mayoría de esos vertederos legales es literalmente atentatorio contra la legalidad. La gestión es muy ineficiente y en algunos casos son incumplidores de la propia normativa”, añade. El estudio ‘Un yacimiento de basura’ elaborado por Ecologistas en Acción y Amigos de la Tierra revela que los vertederos españoles acumulan 275 millones de toneladas de materias primas valiosas y que el 70% de los residuos terminan enterrados en vez de reciclados. “No basta con tirar los residuos y enterrarlos, al contrario, es ahí donde comienza el problema. Esos residuos están mezclados, reaccionan entre sí y pueden generar multitud de problemas”, explica López.
Además, el 15% de los vertederos legales españoles han sido amonestados por la Unión Europea y todavía hay depósitos de residuos que no cumplen con la normativa vigente. La Comisión Europea ha denunciado a través de un comunicado publicado el pasado 16 de julio que “después de haber identificado un número de vertederos ilegales” decidió poner en marcha en 2007 un procedimiento de infracción y que las autoridades españolas “se comprometieron a cerrar y restaurar los vertederos ilegales como parte de sus planes de acción antes del 2011”. Sin embargo, la Administración no puso solución al problema y en 2014 recibió otro aviso desde Europa. “A mediados de 2015 la mayoría de los trabajos necesarios para el cierre, sellado y regeneración de 61 vertederos incontrolados aún no ha sido planificado, aprobado o iniciado. En un esfuerzo para instar a España a acelerar el proceso, la Comisión ha decidido llevar a España ante el Tribunal de Justicia de la UE”, dice el escrito.
El 15% de los vertederos legales españoles han sido amonestados por la Unión Europea
Para la organización ecologista la situación es “muy negativa” y culpa a la Administración de no querer afrontar el problema. “La gestión en algunos casos es lamentable, como por ejemplo el caso extremo de Canarias que tiene nada más y nada menos que 24 vertederos sancionados. O Castilla y León que tiene 26. Lo que hacen es mirar hacia otro lado, son negligentes e incluso se puede decir que cómplices de esta situación de ilegalidad. Hay vertederos piratas que no tienen ningún tipo de control y hay vertederos que aunque estén legalizados no cumplen ninguna condición ambiental para las que fueron autorizados así que están cometiendo un fraude”, apunta López.
Canarias tiene 26 vertederos incontrolados. Castilla y León, 26
Las consecuencias de permitir el desarrollo de las actividades de los vertederos que no cumplen la normativa vigente pueden ser graves. Incendios, desastres medioambientales o efectos nocivos para la salud de los ciudadanos. “Un vertedero puede entrar en autocombustión porque hay mucho material inflamable, no hace falta que nadie le prenda fuego. Además, es muy difícil apagar ese fuego que genera emisiones que atentan contra la salud”, aclara el portavoz de Ecologistas en Acción. Por otro lado, el derrumbe del propio vertedero podría suponer un cataclismo medioambiental como ya ocurrió en A Coruña en el año 1996. “La mayor catástrofe a lamentar sería el derrumbe del propio vertedero. Es material muy inestable. El vertedero de Bens reventó y provocó una oleada de residuos”, recuerda López. Por último, el informe ‘Un yacimiento de basura’, realizado por las organizaciones ecologistas, se refiere en uno de sus apartados al impacto sobre la salud. Para ello cita un estudio elaborado por Área de Epidemiología Ambiental y Cáncer, Instituto de Salud Carlos III publicado en 2012, que desvela que existe relación entre el cáncer y la actividad de los vertederos: “Los resultados de nuestro estudio confirman la hipótesis de un riesgo estadísticamente significativo más elevado de morir de todos los tipos de cánceres, tanto en los hombres como en las mujeres, que residen en municipios situados cerca de incineradoras y plantas de tratamiento de residuos peligrosos y, concretamente, un mayor exceso de riesgo de padecer tumores en el estómago, el hígado, la pleura, los riñones y los ovarios. Además, este es uno de los primeros estudios en los que se analiza el riesgo de muerte por cáncer asociado a actividades industriales específicas en este sector a nivel nacional”.
Ecologistas en Acción apuesta por “optimizar el sistema” y plantea un cambio de modelo. En concreto se refiere a dos medidas: la separación domiciliaria de las basuras y una modificación en el tratamiento de los envases. “Si la basura se separa en origen puede no convertirse en residuo y transformarse en abono. Por otro lado, el sistema de envases que tenemos es poco útil porque solo se recicla el 30% o el 40%. Si se utilizara un sistema de devolución de depósito de retorno conseguiríamos que el 90% de los envases se reciclaran y evitar que se conviertan en residuos. Son dos medidas que evitarían el problema de las dos terceras partes de la gestión de la basura”, aclara López.
Por el momento, España se encuentra a la cola en la Unión Europea en materia de reciclaje. Un informe publicado por Eurostat en 2014 señala que solo el 27% de los residuos municipales generados en nuestro país se reciclan o se someten a compostaje –frente al 42% de media en la UE- mientras que el 63% de la basura urbana acaba en el vertedero sin tratamiento alguno, frente al 34% de promedio comunitario.