Un grupo de 87 migrantes de origen subsahariano, entre ellos once que «dicen» ser menores de edad, ha conseguido acceder durante la madrugada de este sábado a territorio español a través del extremo norte del perímetro fronterizo de Ceuta a través de la valla, «que presenta desperfectos», y rodeando a pie o a nado el espigón marítimo de Benzú, señalado por el Ministerio del Interior como uno de los puntos débiles del vallado local que debía ser reforzado desde hace más de un año.
Según ha informado la Delegación del Gobierno en un comunicado, a las 3,40 horas los agentes de la Guardia Civil que custodian la frontera han detectado la presencia de un grupo de inmigrantes en la zona, colectivo que se ha ido incrementado hasta que casi dos horas más tarde, a las 5,25 horas, se producía el «asalto» que 87 han culminado con éxito.
Las Fuerzas de Seguridad marroquíes han «dispersado» al resto de los que desde su territorio intentaban entrar en Ceuta.
Once migrantes han tenido que ser trasladados al Hospital Universitario con cortes y policontusiones, «al igual que tres agentes de la Benemérita que presentaba contusiones y diversas heridas». «Todos» los extranjeros han sido atendidos por síntomas de hipotermia y agotamiento, así como por heridas leves. Cruz Roja ha movilizado tres ambulancias, un vehículo de rescate, una embarcación y veinte voluntarios para asistir a los subsaharianos.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, anunció poco después de la tragedia acontecida el 6 de febrero de 2014 en la playa del Tarajal que la Administración alargaría por la vía de urgencia los espigones fronterizos sur y norte de la ciudad autónoma para impermeabilizarlos a las intentos de entrada irregular en Ceuta, obras que no han comenzado en ninguno de ellos.
Al conocer la situación, el teniente general Jefe del Mando de Operaciones de la Guardia Civil, Pablo Martín Arcos, se ha desplazado a la ciudad para conocer in situ la operación. Posteriormente ha mantenido una reunión de trabajo con el delegado del Gobierno, Nicolás Fernández Cucurull, y su equipo.
Tras su filiación por parte de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía, los inmigrantes han sido trasladados al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), un 50 por ciento por encima de su capacidad máxima operativa fijada en 512 plazas.