La Mesa del Congreso ha autorizado este martes el escaneado de los agujeros que quedaron en el hemiciclo de la Cámara como consecuencia de los impactos de las balas disparadas en el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, de manera que se pueda sacar un molde digital de los mismos y sean reproducidos para ser utilizados en la creación de una escultura abstracta.
En la que ha sido su última reunión antes de la disolución del Congreso con motivo de la convocatoria de las elecciones generales, prevista para el próximo martes, el órgano de gobierno de la Cámara ha dado el visto bueno a la petición que le cursó el pasado mes de septiembre el Centro de Arte Dos de Mayo de la Comunidad de Madrid.
Según el documento remitido por este centro, al que ha tenido acceso Europa Press, el autor interesado en realizar una escultura basada en los impactos de bala del 23F es el artista madrileño Fernando Sánchez Castillo y la idea es que la pieza se incorpore a una próxima exposición programada por el citado museo.
Un acto de responsabilidad histórica
La tesis del proyecto es que la preservación de dichos agujeros durante todos estos años «los convierte en la escultura más importante de la Transición». «El ser estudiados a lo largo de estos años los convierte en un acto de responsabilidad histórica y en una decisión de valentía colectiva», sostiene el comisario de la exposición y también director del centro Dos de Mayo, Ferrán Barenblit.
El autor ideó este proyecto tras una visita que realizó en 2010 al hemiciclo del Congreso acompañado de un amigo invidente, durante la que pudieron filmar e incluso tocar los impactos de bala que quedaban en la Tribuna de Prensa del Salón de Plenos.
Aunque aquellos agujeros fueron tapados por error en 2013 durante las obras que tuvieron lugar en el hemiciclo, quedan otras cinco marcas de los impactos en otra pared del salón que podrían utilizarse para la escultura de Sánchez Castillo.
La propuesta del autor consiste en escanear uno de estos orificios, bajo supervisión técnica de expertos. Un escáner de infrarrojos (del tamaño de un teléfono móvil) barrería la superficie y el interior «con tan solo un haz de luz inocuo» y después, «con el archivo 3D del hueco, se realizará una ampliación X10 y un robot lo tallaría en mármol blanco».
Representa la victoria sobre los miedos
Los promotores de la iniciativa, explican que esta es la misma técnica que se utiliza por ejemplo en las Cuevas de Altamira o en momias de gran delicadeza.
El comisario de la exposición, quien hace hincapié en la conveniencia de hacer una «reflexión artística» basada en la teoría de que «estos agujeros (y su preservación) son la escultura más importante de la Transición», subraya que la «forma abstracta del hueco, esta vez en positivo, tiene las características de una escultura abstracta que resume la victoria sobre los miedos».
«El arte vence al miedo y este monumento colectivo merece una reflexión por parte del panorama estético contemporáneo», defiende, asimismo, el director del Centro de Arte Dos de Mayo, con sede en Móstoles.