Era el mago de internet, según la investigación judicial, íntimamente ligado a los conseguidores de la trama ‘Púnica’, pero hoy busca un hueco en el 'prime time'…. sin éxito. Alejandro de Pedro, imputado en esta trama de corrupción, está tentando a varios medios de comunicación, singularmente televisiones privadas, para ser entrevistado y contar revelaciones de 'Púnica'. La tarifa que pide, según ha podido saber Estrella Digital, son 30.000 euros. De momento nadie ha mostrado interés en tener a De Pedro en ‘prime time’.
Lo peculiar del ofrecimiento de Alejandro de Pedro es que se ofrece a hablar “a la carta”. Es decir, que su propuesta consiste en contar su especial relación profesional con el cliente que elija la televisión que lo contrate. El elenco es de lo más interesante, de la misma Comunidad de Madrid al presidente del Real Madrid y la constructora ACS, Florentino Pérez, el exconseller y expresidente de la Cortes valencianas, Juan Cotino, entre otros muchos para los que trabajó.
No en vano a Alejandro de Pedro se le considera un “conseguidor” en la trama que ha dibujado el juez Eloy Velasco en su investigación. La especialidad de De Pedro, al que se consideraba “infalible”, era la mejora del posicionamiento en internet, o de la reputación de determinados personajes. Pero también producía resúmenes de prensa digital y otros trabajos, como los que hizo para la Comunidad de Madrid. Alejandro de Pedro, que estaba asociado en alguna empresa con José Antonio Alonso, exalcalde de Cartagena por el PSOE, trabajaba sobre todo con las mercantiles Eico y Madiba. Su cartel de clientes es numeroso.
Las mismas fuentes explican a este diario que Alejandro de Pedro se ha postulado a televisiones como La Sexta, a Mediaset, así como a diarios como El Español, con nulos resultados. La tarifa, 30.000 euros, no es desorbitada para el repertorio de estas televisiones, que pagan habitualmente más cuando alguien se marca “un Belén Esteban”. De Pedro contó este verano, en un comunicado a la prensa, que su situación económica era muy precaria por el bloqueo judicial de sus cuentas bancarias.