Hasta hace poco desconocidas, las siglas CUP (Candidatura d’Unitat Popular) son ahora tendencia. El partido independentista, anticapitalista, ecologista y feminista catalán mantiene en vilo a toda España debido a la celebración de la asamblea que decidirá si apoyar la investidura de Artur Mas, tras el insólito empate de este domingo a 1.515 votos.
El partido catalanista se orienta, con orgullo, hacia políticas, ideas y países de los que muchos otros huyen despavoridos o que incluso utilizan como descalificativos. La CUP se define como “una organización política de alcance nacional arraigado en los países catalanes que trabaja por un país independiente, socialista, ecológicamente sostenible, territorialmente equilibrado y desligado de las formas de dominación patriarcales” y que “lucha por la liberación nacional y social de los Países Catalanes”, en los que incluye a Valencia e Islas Baleares.
La CUP, que desembarcó en el Parlament 2012 bajo el liderazgo de David Fernández, conocido por amenazar a Rodrigo Rato con una sandalia, simpatiza con movimientos antisistema.
Estas son las algunas de las propuestas que han creado polémica de la candidatura popular:
1. Una república de los Países Catalanes formada a partir de la “ruptura con los estados ocupantes” mediante el derecho de autodeterminación. En este nuevo país independiente, fomentarían una democracia “real y directa” que evolucionará al socialismo.
2. El partido de izquierdas rechaza formar parte de la Unión Europea y la OTAN, ya que “son proyectos al servicio del capitalismo y neoliberalismo”.
3. La CUP defiende “un modelo socioeconómico socialista y ecológico” y asegura que trabajarán para suspender las privatizaciones y las políticas de austeridad. Su programa electoral propone crear una «economía al servicio del pueblo» y la «colectivización» de la propiedad privada.
4. Nacionalización de la banca y de las entidades intervenidas con dinero público. Además, también optan por nacionalizar y autogestionar sectores energéticos
5. El partido antisistema rechaza pagar la deuda que catalogan de “ilegítima” y apuestan por una auditoria popular para llegar a esta situación de “soberanía económica”.
6. Creación de un “espacio comunicativo de los Países Catalanes” con unos medios de comunicación que reflejen la realidad social y nacional sin filtros partidistas.
7. Prohibición de los desahucios por razones económicas y despenalización de la ocupación.