La Policía Nacional ha incautado 20.000 uniformes y complementos militares destinados a grupos yihadistas en el marco de la operación policial antiterrorista contra el yihadismo llevada a cabo por la Comisaría General de Información el pasado 7 de febrero, en la que fueron detenidos siete personas por el apoyo logístico y financiero a los grupos terroristas que operan en Siria e Irak, DAESH y Jabhat al Nusra, informa Interior en un comunicado.
El material incautado procede de la apertura de tres contenedores de mercancías (dos en Valencia y uno en Algeciras) vinculados a las empresas de la red internacional desarticulada, en los que se han incautado cerca de 5.000 kilos de prendas militares (alrededor de 20.000 uniformes), destinados a las organizaciones terroristas Jabhat Al Nusra y DAESH (Estado Islámico).
El entramado empresarial que la red terrorista había establecido se caracterizaba por su gran eficacia en las demandas que la organización terrorista DAESH le solicitaba, además de facilitarle el mejor precio y calidad de la mercancía requerida. Para ello, habían establecido una red de proveedores a nivel internacional que le surtían de suministros tecnológicos, armamento y equipamiento militar, que se enviaban a las zonas controladas por el DAESH, lo que favorecía directamente la continuidad y el reforzamiento de las estructuras de esta organización terrorista.
Los uniformes militares incautados se encontraban en grandes fardos camuflados entre otros que contenían otro tipo de ropa. Las prendas militares eran de características similares a las halladas en los registros efectuados en la operación policial del pasado 7 de febrero.
Los contenedores que transportan los uniformes militares estaban declarados como «ropa de segunda mano», para no levantar sospechas y para poder pasar las diferentes inspecciones aduaneras sin ningún tipo de dificultad, ya que una de las actividades que desarrollaban las empresas de los detenidos era la exportación e importación de ropa usada.
Con los cerca de 20.000 uniformes y complementos militares incautados, se habría podido dotar a todo un ejército que estaría perfectamente preparado para entrar en combate en cualquiera de los focos de lucha que las organizaciones terroristas yihadistas tienen en el mundo.
Esta operación policial ha supuesto la neutralización de un entramado empresarial muy activo y eficaz en su cometido cuyo fin principal era la de abastecer, preservar y reforzar las estructuras bélicas de la organización terrorista DAESH, con el suministro constante y continuado de material de guerra, además de establecer vías de financiación.
Esta operación se ha desarrollado bajo la dirección y supervisión del Juzgado Central de Instrucción, Número 6, y bajo la coordinación de la Fiscalía de la Audiencia Nacional.