jueves, octubre 3, 2024
- Publicidad -

Manolo Alcaraz: «La nueva política confunde símbolos con gestos»

No te pierdas...

No les engañaré: Manolo siempre ha estado en mi casa. No solo es nuestra memoria. No; es que, en uno de nuestros episodios políticos compartidos, nos regaló una imagen de un Cristo de Semana Santa de su colección. Ubicado en un discreto rincón, el Cristo nos recuerda a Manolo todos los días.

Manolo tiene un notable aspecto bonachón que él, con su humor brillante y algo mordaz de siempre, atribuye a su medicación. Coincide con su naturaleza: Manolo es, sobre todo, una buena persona. Es leal con su gente, entre la que me honra encontrarme, y coherente con su biografía. Una cultura de izquierda a la que no ha renunciado nunca.

 “Madrid -opina- es ese lugar en el que está el Museo del Prado», como dijo Hemingway, recuerda Manuel Alcaraz,  “y ahora no puedo visitarlo”. El Conseller no deja de añorar su vieja condición de Diputado en el Congreso, cuando le robaba tiempo al almuerzo para echarle una mirada, siempre crítica, naturalmente, al Caballero en la mano en el pecho, uno de sus cuadros favoritos.

Escritor compulsivo, siempre difundiendo ideas. Su último texto, un recomendable artículo sobre Nueva Política en 'Paraules de Iniciativa', la revista de pensamiento del partido en el que milita, integrado en Compromís.

Naturalmente, tenemos que empezar hablando de la tortura valenciana.

Para empezar, a veces parece difícil que todo lo que sale de Valencia sea tanto, y tan impune como parece.

-En Valencia se produjo la tormenta perfecta: una corrupción sin precedentes del poder político y una situación económica expansiva, en un contexto de ausencia absoluta de control de los dineros públicos.

¿Eso ayudó a articular la Vía Valenciana?

-Bueno, pudo ponerse la cosa complicada. La presión en el momento de decidir quien era presidente o presidenta fue muy fuerte. Una vez que se decidió esto se avanzó bien.

Nuestro modelo es un buen equilibrio entre presidente y vicepresidenta, que además se complementan bien. Hay un reparto equitativo de Consellerías, equilibrio en su composición interna, en las temáticas que dirigen el PSOE y Compromís. La clave es el mestizaje, la seguridad mutua. Todo eso tiene una buena base; un programa de Gobierno con un excelente contenido.

Al fin y a cabo, un conseller de Transparencia significa un fracaso institucional ¿No crees?

-El Partido Popular creó esa necesidad. De hecho, sigue queriendo que no existamos. En los Presupuestos presentaron una enmienda suprimiendo todo el crédito de la Consellería… ¿El argumento? Que es muy barata. Según ellos una Consellería de 26 millones no sirve para nada, así que hay que cerrarla.

-¿Qué planes tienes a corto plazo?

-Empezamos a tener instrumentos concretos. De entrada, trabajamos por crear climas, instrumentos y mecanismos de prevención para que la ciudadanía pueda estar segura de que no se volverán a repetir episodios de corrupción como los que conocemos.

Vamos a tener un instrumento de educación para la cooperación y solidaridad muy potente. Hemos definido que los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU van a ser los criterios de evaluación de la actividad de la Generalitat. Vamos a organizar una Cátedra de Gobierno abierto.

-Siempre estuviste en la oposición y ahora eres gobierno ¿cómo se lleva?

-Estupendamente. Es lo que uno siempre quiso ser. Uno se lo pasa mejor en la oposición, puede hacer ideología sin mucho esfuerzo. Pero si uno tiene vocación política, el gobierno es su espacio.

-Siempre has estado muy implicado en la vida local; te esperábamos en Alicante.

-No; no quería ir en las listas de Alicante en ningún caso. Me pedí ir el último. Yo tenía, y tengo, mucha confianza en la cabeza de lista de Compromís al Ayuntamiento. Compromís funciona muy bien en Alicante. Lo que me apetecía era dedicarme a preparar el programa. Y estoy orgulloso de que se valore muy bien el programa por todo el mundo.

Yo no esperaba nada. En el diseño el partido mi papel estaba en la retaguardia y en la elaboración. Pero me llamaron y no pude decir que no. Por lealtad a quien me llamó y por coherencia conmigo mismo.

Fuiste Diputado de oposición sin ser padre, luego la Universidad sin ser padre y ahora estas en el Gobierno y eres Padre ¿Cómo lo concilias?

-Es lo que peor se lleva. Pero es verdad que se pueden generar mecanismos que ayuden. Paso el fin de semana con mi hijo, lo llevo los lunes al colegio. Él sabe que soyconseller, aunque no sabe muy bien, aún, lo que significa.

-Ejerces de exalumno salesiano y apasionado de la Semanas Santa ¿Cuántas veces has tenido que explicarlo?

– Este año por última vez, y por escrito. Me reí mucho esta Navidad ante las tonterías de algunos de los míos. Hubo una alcaldesa que organizó una cabalgata de reyes sin reyes “para acabar con los estereotipos”. Así que el Director de Información me propuso escribir un artículo sobre “cómo se puede ser de izquierda y gustarte la Semana Santa” y lo hice.

– Más allá de la Semana Santa. Hablemos de cómo organizar el laicismo.

– En la Consellería estamos elaborando un Reglamento de Buen Gobierno para la Generalitat. Se da la libertad a todo cargo público, faltaría más, para asistir a actos religiosos. Y se recomienda que no ejerzan la presidencia oficial de esos actos, con la excepción de aquellos que tienen una carga histórica o cultural relevante. Lo lamentable es que, a base de folclore, se oculten los avances serios que estamos haciendo.

¿Más simbología que política, quizá?

– No; la nueva política consiste en confundir símbolos con gestos. Uno puede ir al Congreso con trenzas, con corbata o como desee; eso son gestos. Símbolo es Pasionaria y Alberti en el Congreso.

Conocemos tu pasión por los libros, la Semana Santa y Alicante ¿has encontrado otros sitios y experiencias para pensar o relajarte?

– Eso va cambiando con los tiempos, ahora me encanta pasear por Córdoba o Toledo.

– ¿Sitios sin mar?

– El mar está muy sobrevalorado. No; no he encontrado nuevas fórmulas. Soy aburrido; soy de la vieja política: me mandas al Prado y soy feliz.

– ¿A quién no le darías ni agua?

– A quienes niegan el cambio climático.

– Un nombre.

– Manuel

– Defínelo

– Un hijo nacido cuando su padre tenía 54 años.

– ¿Un deseo?

– Dos. El primero, socialismo, siempre. ¿El segundo? Saber, alguna vez, lo que es el socialismo.

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -