La llamada que supuestamente iba a realizar Mariano Rajoy al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, tras su investidura fallida, empieza a ser una de las mayores incógnitas políticas de este país. Tanto es así, que ningún portavoz del Partido Popular se atreve ya a hacer elucubraciones a este respecto. Para el PP, el objetivo ahora es que Sánchez “deje claro que no está jugando a dos barajas”. Según los ‘populares’, en ese momento Rajoy llamará al socialista para ofrecerle un pacto para formar gobierno.
El fracaso de las negociaciones de la semana pasada es evidente. Los mismos protagonistas lo han confirmado. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, dio por rotas las negociaciones el pasado viernes y anunció una consulta interna para confirmar la ruptura. Y los socialistas ya han dejado claro que no se pueden «fiar» de Pablo Iglesias. Sin embargo, los ‘populares’ o no se lo creen o no se lo quieren creer.
Sí califican de «crónica de una muerte anunciada» el intento socialista de formar gobierno con Podemos y Ciudadanos, pero no creen que la opción de un gobierno de izquierdas con el apoyo activo o pasivo de los independentistas pueda aún darse por finiquitada. Este lunes, el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, ha insistido en que el PSOE «sigue intentando pactar con Podemos». «Nos sorprende muchísimo que Pedro Sánchez sólo haya encontrado discrepancias en dos» de las 20 propuestas que la formación morada propuso a los socialistas, ha rematado el vicesecretario 'popular'.
Así es como el Partido Popular justifica el inmovilismo de Rajoy. Según Casado, el PP está dispuesto a negociar con el PSOE, y cree que aún hay tiempo suficiente para alcanzar un acuerdo y evitar las nuevas elecciones, pero para ello ha impuesto tres condiciones: que los socialistas rompan amarras con Podemos, que reconozcan que es necesario un «gran acuerdo» con el PP y acepten partir de una «hoja en blanco» para negociar. “Sánchez debe de abandonar los juegos de trileros», ha advertido Casado.
El PP y sus tiempos para negociar
Quedan tres semanas para que concluya el plazo constitucional para que se disuelvan las Cortes y automáticamente se convoquen elecciones, pero el PP está tranquilo. «Hay tiempo para pactar”, ha insistido en varias ocasiones Casado tras el Comité de Dirección que ha presidido Rajoy en Génova. Pero nadie desvela el calendario con el que cuenta el líder ‘popular’. Es más, miembros de la cúpula del PP aseguran desconocerlo. “Ya he hecho bastante el ridículo aventurando el momento en que se podría producir esta llamada”, reconoce un dirigente ‘popular’.
Eso sí, la consigna de esta semana parece clara. La adelantó el pasado viernes la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, y la ha confirmado este lunes Casado: hasta que el fracaso de las negociaciones entre PSOE y Podemos no esté constatado, el PP no tiene previsto moverse.
La razón esgrimida por Casado es que el PP no quiere verse «traicionado» como en su opinión le ha ocurrido a Ciudadanos. «Sánchez juega con nocturnidad y alevosía», ha advertido el dirigente 'popular', en referencia a la estrategia del líder socialista de mantener su pacto con Ciudadanos mientras le «oculta» a éste «y al Comité Federal» del POSE reuniones como la que mantuvo con el vicepresidente económico catalán, Oriol Junqueras.
El vicesecretario de Comunicación del PP ha advertido de que un acuerdo se puede alcanzar en «24 horas», como ha ocurrido en otros países europeos. Ahora bien, en cuanto a las ofertas que el PP estaría dispuesto a poner sobre la mesa, Casado ha asegurado que hasta donde el partido sabe, Rajoy «no ha ofrecido ninguna vicepresidencia a nadie», aunque ha admitido que una de las opciones que el PP estaría dispuesto a explorar con el PSOE es un Gobierno de coalición y que ahí lo «lógico» sería hablar de ministerios.