domingo, noviembre 24, 2024
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«La situación tras la manifestación no requería el disparo de pelotas de goma»

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La mujer que perdió un ojo durante la huelga general de noviembre de 2012 presuntamente por un disparo de los Mossos d'Esquadra, Ester Quintana, ha asegurado en su declaración como testigo en juicio que cuando un escopetero supuestamente disparó la pelota de goma, la situación estaba «tranquila» y sin altercados en esa zona.

Esto es lo que sostiene también la Fiscalía en su escrito de acusación en el que pide dos años de cárcel para un escopetero y el subinspector que presuntamente ordenó disparar: que la situación tras la manifestación «no requería en modo alguno el disparo de pelotas de goma y podían servirse otros medios menos lesivos».

En su declaración este martes en la segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Barcelona, Quintana ha relatado que la manifestación había acabado una media hora antes y que había altercados más abajo pero no a la altura del paseo de Gràcia con Gran Via, donde presuntamente se produjo el disparo.

Precisamente por eso corrieron paseo de Gràcia arriba y vio furgonetas de los antidisturbios de los Mossos dando vueltas a la rotonda; observó a al menos un agente bajar de uno de los vehículos con un arma, escuchó la detonación e «inmediatamente» el impacto en su ojo, pero sin ver qué fue lo que le impactó.

Ha explicado al tribunal que se fijó en un agente con una escopeta porque se había bajado con el coche en marcha, pero cree que había dos o tres y no ha podido precisarlo; estaban a una distancia de unos 30 metros de las tres furgonetas policiales, según ha relatado.

A preguntas de la fiscal y de su abogada, ha sostenido que en ningún momento escuchó que los Mossos alertaran con altavoces a la gente para que se dispersara antes de su actuación ni tampoco vio ni oyó ruido de altercados como lanzamientos de piedras o cristales rotos.

Ha relatado que estaba muy asustada y bajó con su pareja por paseo de Gràcia pidiendo auxilio hasta llegar al cruce de esta calle con Ronda de Sant Pere, donde pudo sentarse y un agente de la Guardia Urbana llamó a una ambulancia.

Luego la llevaron al Hospital de Sant Pau de la capital catalana, la operaron al día siguiente, estuvo seis días ingresada y todavía sigue en tratamiento médico y psicológico después de la pérdida del ojo izquierdo, ha explicado al tribunal.

También ha declarado la mañana de este martes como testigo su pareja, que ha coincidido con Quintana en señalar que la situación estaba tranquila en esa zona, y ha dicho que cuando ella recibió el impacto él estaba a un metro de ella aproximadamente.

Ha dicho que él escuchó el disparo, que vio a un policía con un arma y que ella le dijo que le habían dado.

Después de que la Conselleria de Interior haya indemnizado a Quintana con 260.000 euros y de que los Mossos sostengan que tienen pocas dudas de que la pérdida de ojo se produjo por un disparo policial, en el juicio que está previsto que termine el 27 de abril deberá aclararse si el escopetero que se sienta en el banquillo es quien disparó y si el subinspector es quien dio la orden.

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