“Papel activo”, “pieza clave del éxito”, “un gran activo”. Estas son algunas de las referencias públicas y oficiales que el Partido Popular utiliza para referirse a la ‘número dos’ de Rajoy en el Gobierno. Pero lo cierto es que Soraya Sáenz de Santamaría ha pasado de ser una de las protagonistas de la campaña del 20D, a la irrelevancia máxima en cuestión de seis meses. El PP ha relegado a Santamaría a un segundo plano durante la campaña del 26J, que arranca a las 00.00 de este viernes con una pegada virtual de carteles que protagoniza Mariano Rajoy.
Y no sólo porque su cara ya no aparezca en las banderolas de Madrid (como todos los ‘números dos’ de las candidaturas en el resto de circunscripciones). El PP ha eliminado toda la publicidad exterior, como medida de ahorro, de cara al próximo 26J. Sino porque su presencia mediática será prácticamente nula. Los formatos televisivos que en diciembre la hicieron ganar enteros entre la población, en esta ocasión serán protagonizados por Mariano Rajoy.
Los ciudadanos, y probablemente sus votantes, pusieron en valor la valentía mostrada a la hora de aceptar el reto de acudir a un debate ‘a cuatro’ con los candidatos a la Presidencia de las principales fuerzas políticas. También cuando se marcó un baile en El Hormiguero que sabía que iba a ser objeto de mofa durante toda su carrera política. Incluso su particular aventura con Jesús Calleja, en la que se llevó un buen susto cuando el globo aerostático en el que viajaba casi choca con tejados.
Hubo momentos durante la campaña pasada que parecía la candidata del PP. Y esto no sentó nada bien a un importante sector conservador, donde las alarmas ya se habían activado desde que la llamada ‘operación Menina’ –tal y como la bautizó Pablo Iglesias- saliera a la luz. La mínima posibilidad de que Rajoy finalmente decidiera dar un paso atrás para que PSOE y Ciudadanos aceptaran abstenerse ante el PP e impusiera a Santamaría como su sustituta ponía los pelos de punta a este sector.
Aumenta el malestar con Santamaría en el PP
Una sensación que, según confirman a Estrella Digital fuentes ‘populares’, ha ido aumentando “a pasos agigantados”. Este sector está muy enfadado con Santamaría por “permitir” que “el CNI, la UCO y la UDEF estén trufados de socialistas”. Según estos ‘populares’, detrás de todos los escándalos de corrupción que han ido explotando a los largo de estos últimos años también hay mucho de “persecución política”. También les indigna que Santamaría “casi nunca” sea objetivo de críticas en los grandes medios de comunicación que se supone son contrarios al PP.
Este sector, el más conservador, “no ve” a Santamaría como una “persona de partido” y dice que la sensación que tiene es que a la vicepresidenta “no le gusta el PP”. También la comparan con Alberto Ruiz Gallardón, por intentar “ser demasiado progre”. No soportan su “posición tibia” respecto al aborto y el matrimonio homosexual.
La batalla por la sucesión de Rajoy lleva meses latente en el PP. La quinielas proliferan por Génova. Aunque la maquinaria está parada hasta nueva orden. Rajoy ya se ocupó en 2008 de cambiar los estatutos de la formación para que el candidato a la Presidencia sea el ganador del último Congreso Nacional. O sea, él. Rajoy lleva más de un año de retraso en la convocatoria de este cónclave y ya ha dejado claro que no lo hará hasta que España tenga gobierno.
Santamaría lleva varias semanas enfrentándose a preguntas interesadas en conocer su papel en esta nueva contienda electoral. Su respuesta siempre ha sido la misma: “Yo estoy a disposición de mi partido. Estaré allí donde me diga el director de campaña”. Y tal y como confirmó Jorge Moragas el pasado lunes, su función en esta ocasión se limitará a rellenar “los huecos” que no pueda ocupar el presidente. Igual que la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y los vicesecretarios.
Santamaría hará una campaña paralela a la de Rajoy que se centrará en Andalucía, Cataluña y principalmente Madrid. “Mis obligaciones con el Gobierno me dejan menos margen de maniobra para viajar por España”. Así justificaba la vicepresidenta su menor protagonismo en esta campaña en la presentación de la candidatura del PP por Madrid, donde ella ocupa el ‘número dos’.
Elsa S. Vejo