Mariano Rajoy se desestresa en su tierra natal. Su caminata de dos días por la pontevedresa Ruta da Pedra e da Auga junto a amigos la ha permitido desconectar este fin de semana del endiablado escenario que tiene en Madrid para porder formar Gobierno. Está previsto que esta semana reanude sus conversaciones con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, con el que la semana pasada acordó «mantener un canal de comunicación permanente». Y que espera que aumenten la presión sobre el líder socialista, que por el momento sigue instalado en el no.
El supuesto objetivo de estas conversaciones es negociar las medidas más urgentes del futuro Gobierno, como la senda de déficit que el Ejecutivo tiene que remitir a Bruselas antes del próximo 15 de octubre, el techo de gasto y los Presupuestos Generales del Estado para 2017 que se supone que tienen que estar en el Congreso antes del 30 de septiembre. Sin embargo, Rajoy espera que estas negociaciones avancen más allá.
En Moncloa y Génova impera un optimismo moderado desde la disposición que mostró Rivera a sentarse en una mesa de negociación. «Hoy al menos he encontrado una disposición al diálogo», se congratulaba el líder 'popular' tras su encuentro con Rivera. Fuentes gubernamentales ya hablan de «un pack» cuando se refieren a las negociaciones de medidas económicas y a las de formación de Gobierno. «No tiene sentido acordar unos presupuestos y que luego la legislatura no salga adelante», insisten desde Moncloa.
Esto significa que los 'populares' están convencidos de que si Rajoy y Rivera acuerdan el techo de gasto y los nuevos PGE para 2017 ello irá acompañado de un pacto de investidura. O lo que es lo mismo, que Ciudadanos finalmente vote «sí» al nuevo gobierno del PP. La formación naranja ha vuelto a advertir este fin de semana de que no cambiará de posición (un «no» en primera votación y una «abstención técnica» en segunda), que ellos ya han «movido ficha», y que ahora el toca al PSOE. Sin embargo, en el PP insisten en que la única forma de hacer cambiar a los socialistas de opinión, si es que la hay, es consiguiendo el «sí» de Rivera.
Presiones internas en el PSOE
Sobre este escenario ya han reflexionado exdirigentes socialistas destacados. Primero fue el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien alertó el pasado jueves a sus compañeros de partido de que sería «negativo e inconveniente» que se tuvieran que celebrar unas terceras elecciones. Abogó por abrir un proceso de «diálogo interno» en el PSOE que aúne el «máximo consenso posible» junto a la actual Ejecutiva.
Y después se sumó el antiguo dirigente socialista y exvicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, quien propuso directamente una «abstención general» en la investidura de Rajoy que permita sacar a España del atasco político. Una abstención que no sería, en cualquier caso, otorgar «carta blanca» al candidato del PP, el cual debería buscar los apoyos parlamentarios para sacar adelante su programa de Gobierno.
El portavoz económico del PSOE, Manuel de la Rocha, por su parte, ha recomendado este domingo a Mariano Rajoy que «negocie en serio» con los partidos que le son ideológicamente afines y ha advertido de que si no consigue un sólo voto favorable no será responsabilidad del PSOE. «Rajoy ha perdido mucho tiempo no se sabe haciendo qué. Y sin hacer ofertas serias de negociación a los partidos ideológicamente cercanos», ha insistido en una entrevista en la COPE.
El socialista ha asegura que por el momento la intención de su partido sigue siendo votar «no» a Rajoy en una hipotética sesión de investidura, aunque ha añadido que «si las circunstancias cambiaran», quizás podrían «examinarla».
Si Rajoy no consigue el sí de Ciudadanos, y en consecuencia la abstención del PSOE, los 'populares' están convencidos de que España está abocada a unas terceras elecciones. Eso sí, siempre y cuando el bloque de izquierdas no se mueva. Podemos ha insistido esta semana en su disposición a buscar una alternativa al PP. Y Estrella Digital avanzó la semana pasada los contactos que ya existen entre el PSOE y los nacionalistas.
En este sentido, la coordinadora general del Partit Demòcrata Català (PDC), Marta Pascal, ha situado este domingo el referéndum sobre la independencia como una «línea roja» para alcanzar cualquier tipo de acuerdo de investidura, si bien ha admitido que ahora mismo ve «lejos» la posibilidad de un gobierno alternativo al del PP.
Calendario
En cualquier caso, la situación sigue bloqueada. Ni siquiera existe fecha de investidura. Los 'populares' verían con buenos ojos que este debate pudiera celebrarse en la última semana de agosto o, a más tardar, la primera de septiembre, aunque esta segunda opción presenta dificultades de agenda para el presidente del Gobierno en funciones. En esos días, Rajoy debería viajar a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G20 que se celebra en China, aunque podría excusar su presencia.
No obstante, el principal problema para esas fechas es que, si Rajoy no consiguiera su objetivo y nadie lograra los apoyos necesarios en los dos meses siguientes, las nuevas elecciones se tendrían que celebrar el 25 de diciembre, día de Navidad.
Elsa S. Vejo