El Partido Popular empieza a perder la esperanza de poder seguir gobernando, aunque sea con la abstención del Partido Socialista. El debate de investidura de esta semana es un «teatrillo», una «farsa» y la segunda parte del «Pacto de los Toros de Guisando», tal y como Rajoy definió el que hace seis meses protagonizó el socialista Pedro Sánchez. «Esto esta condenado al fracaso. El discurso ha sido plano, sí, pero poco más podemos hacer», lamentan desde el PP.
Los 'populares' ya se han dado por vencidos. Al menos de momento. Seguir insistiendo y presionando al PSOE no parece ya una solución. «Los socialistas ya tienen en su poder encuestas internas que los sitúan bien. Bastante mejor que a Podemos», deslizan en las filas 'populares'. Rajoy no tiene previsto ni llamar, ni verse con nadie más durante estos días. Ni con el líder del PSOE, ni con ningún representante del PNV, que son los únicos partidos con los que los 'populares' creen que tienen algo que hablar.
Así que todo parece indicar, salvo sorpresas de última hora, que el resultado de la votación de este martes será el mismo que la del viernes (170 'síes'): Rajoy no saldrá investido ni con mayoría absoluta (176 'síes'), ni con mayoría simple (más 'síes' que 'noes'). Seguirá al menos un mes más, hasta después de las elecciones vascas y gallegas, siendo el presidente del Gobierno en funciones.
Hoy, la única esperanza del PP ya es ser decisivo en el País Vasco y poder intercambiar cromos con el PNV. «Y veremos sin con eso vale», advierte un parlamentario 'popular'. El PP, Ciudadanos, Coalición Canaria y PNV suman 175 escaños, es decir, aún faltaría otro más para poder investir a Rajoy presidente y aquí es donde la opinión de los 'populares' se divide.
Por un lado, hay miembros del PP que creen que en ese caso el PSOE no podría «forzar más la maquina» y debería de ceder uno, que alguno ya desliza que podría ser el diputado de Nueva Canaria, que fue en coalición con el PSOE. Sin embargo, este martes algunos 'populares' ya temían que ni siquiera eso lo facilitara el PSOE. En el PP reconocen abiertamente que hay «esperanzas» con lo que pueda pasar en el País Vasco, pero que por el momento son «más fundadas que certeras».
Discurso «rancio», «plano» y «sin pasión»
Y más si atendemos a la valoración que este martes han hecho los nacionalistas vascos del discurso de Rajoy, que incluso lo ha comparado con los José María Aznar. «No recuerdo haber escuchado un discurso más rancio», ha dicho el portavoz parlamentario vasco, Aitor Esteban, en referencia al discurso territorial de Rajoy. Sus actuales socios, Ciudadanos, tampoco han visto un discurso mejor. El diputado naranja Miguel Gutiérrez ha calificado el discurso de «plano, antiguo, sin pasión alguna y básicamente electoralista». Los de Albert Rivera no han entendido que ni siquiera haya hecho una sola referencia al PSOE, después de un verano entero de presiones directas.
Los 'populares' consultados, por su parte, tampoco le han dado mucha importancia a este hecho. «Rajoy no tenía necesidad hoy de ponerse a malas, el resultado es bastante evidente», concluía un parlamentario y exdirigente autonómico 'popular'.
Rajoy ha basado su discurso en tres ejes: «España necesita un Gobierno urgente», «el PP tiene que gobernar porque ganó las elecciones» y «no hay alternativa razonable». El cuerpo lo ha vuelto a rellenar con su habitual «de dónde venimos» y «hacia dónde vamos» y una ristra de cifras económicas con las que intentar convencer a la Cámara de que sus políticas económicas puestas en marcha han dado resultado. Eso sí, el líder 'popular' no ha desaprovechado la oportunidad de pedir a sus rivales que sean responsables y advertirles de que «todo tiene un límite», en referencia a la viabilidad del país.
Elsa S. Vejo