El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, ha sostenido hoy en Ávila que el presunto yihadista marroquí detenido en Valladolid era una persona «muy peligrosa» que se había «autorradicalizado» a través de internet y de las redes sociales.
Cosidó ha realizado estas declaraciones a los periodistas antes de inaugurar en la Escuela Nacional de Policía de la capital abulense el ciclo de conferencias «Formación Policial Actual y de Futuro», dentro de los actos del Día de la Policía, cuya jornada principal se desarrollará en este centro el próximo jueves.
Según ha comentado, se trata de una «gran operación» de la Comisaría General de Información, enmarcada dentro de «la lucha constante con centenares de detenidos en los últimos años», lo que en su opinión constituye «la mejor respuesta desde la Policía a esta amenaza para toda la sociedad española».
«Continuamos trabajando», ha afirmado el director general sobre esta operación que ha culminado con la detención en Valladolid y Murcia de dos presuntos yihadistas marroquíes, uno de los cuales trató de entrar en Siria e iba a volver a intentarlo con la idea de retornar preparado para cometer atentados en Europa.
Aunque en su opinión se trata de dos detenciones «muy importantes», Ignacio Cosidó ha subrayado la trascendencia de la realizada en Valladolid al tratarse de alguien que «incluso había viajado y estaba intentando llegar a Siria» para combatir en el marco del Dáesh.
Además, tal y como ha asegurado, trataba de «formarse y adquirir las capacidades para después poder cometer atentados». Según Cosidó, tenía «una voluntad muy manifiesta de incorporarse a esta organización terrorista -Dáesh- y de combatir allí», para después «poder cometer atentados».
«Es un tipo de terrorista que nos preocupa, porque es lo que se puede denominar terrorista frustrado», ha argumentado el director de la Policía, antes de precisar que tienen esta consideración aquellos que «han intentado llegar a combatir en las filas de Dáesh en Siria e Iraq y, gracias a la cooperación internacional, se les ha impedido».
En este caso, el detenido en Valladolid emprendió el viaje hacia Siria, pero la Policía de Turquía lo detuvo en la frontera, frustrando su plan de ser uno más de los combatientes de Dáesh y una vez en libertad volvió a España, donde contactó con el otro detenido, que tuteló su retorno y actuó como protector frente a las posibles injerencias externas a su círculo de confianza.
Por ello, Cosidó considera que se trata de un «terrorista frustrado», ya que su interceptación les genera «un grado de frustración que, dado su estado de radicalización, les hace particularmente peligrosos»