Una mujer acusada de matar a su exnovio incendiando su casa en la que ambos dormían ha explicado hoy en el juicio que la intención que tenían era suicidarse tras tomarse pastillas y rociar la casa con gasolina, pero que el fallecido dijo el nombre de otra mujer, por lo que ella se marchó del domicilio.
«Nos tumbamos en la cama, cada uno con una vela en la mano, de tal manera que cuando empezásemos a sentir los efectos de las pastillas la vela se caería al suelo y se prendería la gasolina», ha dicho la procesada, Francisca E.H., mientras relataba los hechos ocurridos el 12 de septiembre de 2012 en su vivienda de Colmenar Viejo (Madrid).
Sin embargo, ha contado que cuando estaban tumbados sobre la cama, su pareja dijo el nombre de Raquel, algo que le molestó, por lo que cogió las garrafas de gasolina y se metió en su coche para acabar con su vida ella sola.
Preguntada por el fiscal si en ese momento no vio que su pareja se quedaba en peligro, la acusada ha contestado que no lo pensó y ha añadido que no sabe cómo ocurrió el incendio. «No miré en ningún momento hacia atrás, quería tirarme por un barranco», ha apuntado.
Francisca ya fue absuelta por estos hechos en la primera vista, cuya sentencia quedó anulada por el Tribunal Supremo que ordenó su nueva celebración con un jurado popular distinto.
La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Madrid repite desde hoy y hasta el 21 de octubre el juicio contra la procesada, para quien el fiscal pide 22 años de prisión al entender que mató a su excompañero sentimental.
Según la Fiscalía, la acusada provocó pasada la medianoche un incendio en su vivienda con la intención de matar a H.E.H., con el que mantuvo una relación durante 2010.
Añade que la mujer inició el fuego a sabiendas de que su víctima dormía y que, por tanto, no podía defenderse, y utilizó gran cantidad de gasolina, para posteriormente huir del lugar.
Para el Ministerio Público, la mujer sufría un episodio depresivo moderado y un trastorno compulsivo de la personalidad determinante de una merma grave de sus capacidades cognitivas y volitivas, pero no de su anulación.
No obstante, hoy ha sostenido que ella tenía intención de suicidarse con varias garrafas de gasolina que guardaba en casa y que al comentarle esta idea a su novio, este decidió unirse a ella porque «no le gustaba la vida que tenía». «Intenté convencerle de que no lo hiciese, pero él insistía y lo dejé por imposible», ha dicho ante el tribunal.
El juicio continuará mañana con la declaración de los testigos y los peritos.