“Los candidatos proclamados presentarán ante el pleno del Congreso correspondiente su programa y el equipo que le acompaña para cubrir los órganos de dirección”. Así lo estipula el artículo 31 de los Estatutos del Partido Popular. Al candidato lo eligen los compromisarios, pero a su equipo no. Esto significa que si Rajoy es el único candidato y gana el Congreso Nacional que el partido celebrará en febrero en Madrid, como todo parece indicar, la elección de su equipo solamente dependerá de él. Es decir, si María Dolores de Cospedal vuelve a ser secretaria general será porque así lo decide Mariano Rajoy. El Partido Popular no tendrá más que añadir al respecto.
Tal y como ha confirmado el vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maillo, las listas con las que se presentan los candidatos a presidente en el Congreso Nacional del PP “son cerradas”. En ellas incluyen 30 nombres, que no podrán ser validados o reprobados por los compromisarios. Esto significa que si María Dolores de Cospedal ya ha mostrado su disposición a volver a repetir en su cargo, únicamente necesitaría la luz verde de Rajoy para serlo. En cualquier caso, compaginar su nuevo cargo de ministra de Defensa y la Secretaría General no supondría ninguna anomalía para el PP.
De hecho, Maillo ha recordado dos importantes antecedentes: Francisco Álvarez Cascos aguantó tres años en la secretaría general del PP mientras era ministro de Presidencia y vicepresidente primero del Gobierno. Y Javier Arenas ocupó la secretaría general del PP mientras era ministro de Administraciones Públicas. La diferencia entre Arenas y Cospedal, es que el andaluz fue primero ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, luego secretario general del PP y en 2002 lo rescató Aznar para su Ejecutivo, donde compaginó el cargo de secretario general con el de ministro durante más de un año.
Que Cospedal va a compaginar ambos cargos durante los próximos meses es evidente; la duda y el debate interno en el PP va más allá. ¿Qué pasará tras el Congreso Nacional que celebrará el Partido Popular en febrero? ¿Habrá cambios en el organigrama? ¿Cospedal se mantendrá en la secretaría general? El resto de cambios se descartan porque ningún vicesecretario general más ha ocupado un sillón en el Consejo de Ministros, en contra de lo que indicaban infinidad de quinielas. Podría producirse la salida de Javier Arenas de la dirección, aunque fuera por una “cuestión generacional”, pero esto actualmente “no sería más que una especulación”.
Lo cierto es que el único relevo de calado que en muchos sectores ‘populares’ se daba por hecho era el de Cospedal después de su entrada en el Gobierno. Ya se hablaba incluso de su “sucesor natural”: Martínez-Maillo. Pero la secretaria general zanjó el debate la semana pasada: “No me vais a perder de vista”. Es más, asintió con la cabeza cuando le preguntaron si seguiría de secretaria general tras el Congreso Nacional del partido. Toda una declaración de intenciones que coloca el foco directamente en Mariano Rajoy, que es en cualquier caso el último en tomar esa decisión.
Los 'sorayos' se revuelven
Mucho se ha escrito y se ha especulado durante las últimas semanas sobre cómo conseguiría el líder del PP mantener el equilibrio de poder entre Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal en el Ejecutivo. Se habló de quitar a Santamaría la vicepresidencia y colocarla al mismo nivel que el resto de ministros, de dar a Cospedal una vicepresidencia para auparla al mismo nivel que Santamaría. E incluso se habló de dar a la secretaria general el poder del CNI y equilibrar así fuerzas. Pero Rajoy no ha optado por ninguna de ellas. Su decisión salomónica ha sido mantener su poder a Santamaría en el Ejecutivo y dar a Cospedal una cartera ministerial que no dependa de la Vicepresidencia. Sin embargo, el entorno de la ‘número dos’ del PP filtró que el acuerdo también llevaba implícito la secretaría general del partido. Es decir, Santamaría conserva el poder en el Gobierno y Cospedal en el partido.
Una decisión que ha despertado recelos en ese sector ‘popular’ que llevaba tiempo dando por amortizada a la secretaria general, sobre todo después de la gestión que hizo del ‘caso Bárcenas’. De hecho, no parece casual que el primero que ha puesto en duda públicamente las intenciones de Cospedal haya sido Alfonso Alonso, un miembro destacado del llamado ‘clan de los sorayos’ (bautizados así a los fieles a la vicepresidenta). «La situación hoy es que María Dolores de Cospedal es ministra de Defensa, pero mantiene su responsabilidad en el partido y entiendo que ésta es la situación que parece que va a seguir de aquí al Congreso. Y en el Congreso, ya veremos», ha zanjado el líder del PP vasco, que no ha dejado mucho margen de maniobra al vicesecretario de Organización, que para no contradecir a ninguno de los dos, se ha escudado en un: “Para hablar de nombres vamos a esperar al próximo congreso, ahora es hablar por hablar».
Elsa S. Vejo