Durante miles de años, el Mar Cantábrico ha ido comiéndose terreno de la costa gallega y, poco a poco, este mar ha ido esculpiendo el paisaje de la Playa de Las Catedrales, en el municipio de Ribadeo. Sin embargo, la formación de estas cuevas y arcos rocosos le ha costado a este lugar la pérdida de un gran tesoro escondido.
La Xunta de Galicia, que recientemente se encuentra supervisando las abundantes reservas de metales preciosos en la zona, ha reconocido la existencia de varias minas de oro locales descubiertas cuya extensión puede extenderse a las famosas cuevas rocosas de la playa de las Catedrales. De hecho, se cree que estas minas pudieron haber sido descubiertas hace más de 2.000 años por los romanos que estuvieron en la península, e incluso, que muchas de sus monedas fueron hechas con el oro gallego.
“Galicia es un área muy rica en oro, y la playa de Las Catedrales está rodeada de estas minas de oro”, explica Manuel Miranda, presidente de Mariña Patrimonio, grupo encargado de proteger el patrimonio cultural de la zona. En el mes de octubre, el gobierno gallego le dio el visto bueno a esta organización para llevar a cabo un yacimiento sobre los restos romanos de la zona y que se encuentran en las minas de oro cercanas a la playa.
En una rueda de prensa, Miranda mostró una serie de fotografías en las que se aprecia “un canal picado en la roca semejante a los empleados por los romanos en la conducción de agua para las explotaciones mineras de oro.
De confirmarse esta hipótesis, la mina de oro de esta playa se sumaría a las ya existentes en la zona: la de la playa de Esteiro y las de Foz, Barreiros, A Pontevona y Riotoro. “Esta hipótesis no resulta sorprendente si pensamos que toda la zona oriental de A Mariña es rica en oro y abundan las explotaciones auríferas de la época romana”, resalta Miranda.
La Xunta de Galicia, y sobre todo, el equipo de Miranda, serán los encargados de descubrir los secretos del pasado que hasta hace muy poco las olas ocultaban debajo de sus rocas.
Andrea Morea