Los productores, los distribuidores, los consumidores y el crimen organizado. Así se estructuran los delincuentes que consumen y difunden material pornográfico infantil a través de la red. Son los círculos de la pedofilia, el modus operandi de los pederastas en Internet. Unos realizan la pornografía, otros la reparten en foros y canales secretos, a veces inaccesibles para las fuerzas de seguridad. Después se distribuye y se consume. Los pedófilos han dejado de actuar solos. Lo hacen en comunidad y bajo el amparo del anonimato que ofrece Internet. Eso les permite organizarse y apoyarse entre ellos. “Antes tenían sentimiento de culpa e incluso eran proclives a someterse a tratamiento. Ahora se refuerzan unos a otros”, explica a este diario Luis García Pascual, inspector jefe del Cuerpo Nacional de Policía y responsable de la Sección de Protección al Menor de la Brigada de Investigación Tecnológica.
De personas solitarias a actuar en grupo
El fácil acceso a Internet ha provocado la proliferación de este tipo de delitos. “La imagen que tenemos del pederasta desnudo solo cubierto con una gabardina que se acerca a los niños ya no existe”, aseguran a este diario fuentes del Cuerpo Nacional de Policía. Han pasado de ser personas solitarias a actuar en grupo en total desinhibición. Ahora se respaldan entre ellos. “Internet ha favorecido una especie de comunidad pedófila que les refuerza y les hace incluso llegar a creer que la pedofilia es una opción sexual más. Eso hace que entre ellos se intercambien imágenes, datos y formas de actuar de la policía”, dice García Pascual. Las detenciones por pornografía infantil se han multiplicado en los últimos años: en 2001 se realizaron 29 detenciones mientras que en 2015 arrestó a 390 personas. Es más, las fuerzas se seguridad han tenido que reforzar sus equipos. Hace quince años sólo eran tres los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía especializados en este tipo de delitos agrupados en un solo equipo operativo. Ahora son 18 repartidos en tres grupos operativos.
Perfil: desde personas con alto nivel económico hasta indigentes
No existe un perfil determinado. Según explica el Cuerpo Nacional de Policía, el único punto en común que presentan este tipo de delincuentes es el manejo de la red. Tal y como explican las fuerzas de seguridad, el ámbito de edad está comprendido, sobre todo, entre los 20 y los 50 años. La posición económica, el estado civil o la profesión puede variar y puede ser incluso opuesta. “El propio medio ha cambiado también el perfil. La mayoría de casos son hombres, aunque también hay alguna mujer, y conocen la tecnología de Internet”, explica el inspector jefe.
García Pascual recuerda haber llegado a detener desde individuos con gran capacidad económica hasta personas que viven en la indigencia. “Hemos detenido personas que tenían ‘pendrives’, dormían debajo de un puente y luego se iban a un ciber a descargarse y compartir cosas. Hemos detenido a gente de alto estatus económico. Casados, con hijos, sin hijos y de todo tipo de profesiones”, dice García Pascual. Aunque afirma que el “tiempo libre” juega un papel clave. “Predominan las personas que tienen mucho tiempo libre como para pasar mucho tiempo utilizando el ordenador”, añade.
Modus operandi
Según el inspector jefe, los delincuentes actúan a través de distintos círculos. “Son los círculos de la pedofilia”. Por un lado, las fuerzas de seguridad señalan el ‘círculo de los productores’, los que realizan la pornografía infantil. “Se comunican entre ellos a través de canales secretos, que no son accesibles para la policía”, apunta García Pascual. Por otro, revela el que tiene que ver con el crimen organizado. “Es también de producción y ahí entra el crimen organizado. Es muy difícil llegar a ellos, son escalones altos, están bien estructurados y se comunican también en sitios y foros privados”, aclara. Otro de los círculos se dedica a la distribución a través de redes anónimas. “Sale del ámbito de los productores. Lo distribuyen pero no lo han producido ellos”, dice el inspector jefe. Por último, los círculos peer to peer, es decir, el consumo. “Ahí se distribuye toda la pornografía infantil”, explica García Pascual. “La creación de esta comunidad pedófila es el gran peligro y lo que hace que se expanda”, añade.
Acoso sexual a través de la red
Para conseguir el material los delincuentes acosan a los menores a través de la red. “Internet permite hacer acoso a miles de niños de los que quizá consiguen imágenes de unos cientos. Es una herramienta muy poderosa para este tipo de delitos, las redes sociales también los favorecen”, manifiesta García Pascual.
El Cuerpo Nacional de Policía sostiene que las cifras sobre este tipo de delitos en España son similares al del resto de países de nuestro entorno. Teme la proliferación de delincuentes que además de distribuir el material pornográfico abusan de los menores. “Lo hemos podido constatar en las detenciones que hacemos. Cada vez en más operaciones de distribución de pornografía infantil resulta que nos encontramos con abusos de producción propia, es decir, graban a los niños cuando están abusando de ellos”, asegura el responsable de la Sección de Protección al Menor de la Brigada de Investigación Tecnológica.
El Cuerpo Nacional de Policía insiste en que la colaboración internacional es “fundamental” para atajar estos delitos. “La colaboración no es formalista, es muy directa. La cooperación es prácticamente en directo, en el momento”. Aún así, las fuerzas de seguridad reconocen que a pesar de que las herramientas y la tecnología del Cuerpo Nacional de Policía están “automatizadas y probadas con éxito en organismos internacionales” en algunos casos suelen ir un paso por detrás de los delincuentes. “Es muy probable que cuando tengamos dominada una aplicación o un determinado servicio de Internet, ellos emigren a otro”, concluye García Pascual.
Marina García-Rico