lunes, noviembre 25, 2024
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¿Por qué Garzón quiere liquidar IU ya?

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Alberto Garzón entra de lleno en la lucha de poder de Podemos. Su contribución: Izquierda Unida. Su posición: en el bando ganador que lidera Pablo Iglesias y los anticapitalistas. Y ésta es la principal razón por la que Unidos Podemos -la marca electoral con la que concurrieron en coalición Podemos, IU, Equo y otras formaciones a las elecciones del 26J- ya se ha constituido como partido político, registrado oficialmente por el equipo jurídico de la formación morada en el Ministerio de Interior y con domicilio en su sede oficial. Sorprendente, si tenemos en cuenta que hasta hace poco más de un año, “la sopa de siglas” era el anticristo de la política, tanto para Iglesias, como para Garzón.

“No queremos una sopa de siglas”. Este fue el titular más recurrido durante los meses de verano de 2015, cuando se produjeron los primeros acercamientos para explorar la posibilidad de concurrir en coalición a las elecciones del 20D. Pero no fue posible, porque precisamente Pablo Iglesias lo que quería era fichar a Alberto Garzón, no asociarse con unas siglas que le traían malos recuerdos, después de que IU no le aceptara como cabeza de lista para las europeas de 2014. “Cenizos”, “tristones” y “coceos en vuestra salsa de estrellas” son algunas de las lindezas que dedicó a los miembros de Izquierda Unida en una entrevista en Público.

Las posiciones parecían irreconciliables. Pero el líder de Podemos sólo necesitaba darse de bruces con la realidad. Seis meses después de estos desencuentros, IU obtuvo un millón de votos en las urnas. Un millón de votos con el que Pablo Iglesias empezó a soñar tras darse cuenta de lo probable que sería la repetición de elecciones el 26J. Entonces, su mano derecha, Íñigo Errejón ya advertía de que en este caso “dos más dos no suman cuatro”. Aún así, Iglesias y Garzón obviaron estos avisos y olvidaron los desencuentros. Lo que hasta el momento parecía un imposible -formar una sopa de siglas-; se convirtió en la solución para intentar adelantar al PSOE: Unidos Podemos. Un experimento que no funcionó, tal y como Errejón advirtió. El millón de IU se evaporó. Desapareció.

Entonces, si la coalición no obtuvo el resultado deseado, y aún quedan más de dos años para las próximas elecciones, ¿por qué tanta prisa en registrar el nombre de Unidos Podemos y forzar la absorción? Absorción que Garzón sigue negando, pese a llevar casi un año hablando de “superar” las siglas de Izquierda Unida. «Lo que queremos es construir con otras organizaciones políticas, entre ellas Podemos, un espacio político que nos permita trabajar juntos en el Parlamento pero también en la calle”, explica el líder de IU, que saca pecho de su presencia actual en Las Cortes: 8 diputados y 2 senadores, y formar parte de un espacio político, el de Unidos Podemos, que recabó más del 20% de los votos. Un protagonismo que su formación no percibe de igual manera.

De hecho, las primeras alarmas empezaron a sonar cuando se produjo el reparto de puestos en el Congreso y Garzón se quedó fuera. Después, Iglesias rectificó y le dio la portavocía de Hacienda. Pero desde entonces, algunos sectores de Izquierda Unida denuncian la “irrelevancia” de IU en la escena política nacional, diluida en Unidos Podemos. Aunque el último movimiento (registrar Unidos Podemos como partido) ha puesto en alerta no sólo a los opositores de Garzón en IU, sino también a una buena parte de Podemos, encabezada por Íñigo Errejón, que ya ha dejado claro que él tiene otra idea de partido distinta a la de Pablo Iglesias y Alberto Garzón.

Garzón se posiciona en el bando ganador

“Ni la militancia de IU ni la de Podemos tiene la intención de disolverse. Esta propuesta no está sobre la mesa y si alguien la tiene la discutiremos en nuestra asamblea”, advirtió esta semana Errejón. Y ahí, dando la batalla no sólo estará Iglesias, sino también Garzón. En Izquierda Unida ya tienen clara la razón por la que su líder ha precipitado el desenlace final de la histórica coalición de izquierdas, integrarse oficialmente en Podemos: ganar cuota de poder en la formación morada y no dejar que las siglas de IU se recomponga para dar batalla en las elecciones municipales y regionales de 2019. Sin duda alguna, Garzón, con este movimiento consigue aprovecharse del enfrentamiento que actualmente existe en Podemos y se alía con el que a todas luces parece el bando ganador de cara a Vistalegre II: Pablo Iglesias y los Anticapitalistas. De hecho, ni siquiera está claro que nadie vaya a hacerles frente, ni siquiera Errejón que por el momento sólo habla de dar la batalla en el ámbito de las ideas, pero no en el del liderazgo.

Es evidente que en esta batalla el líder de IU está bien posicionado. Por ello, sigue buscando desesperadamente la fórmula mágica para solucionar el grave problema de la deuda millonaria que arrastra la formación de izquierdas. La famosa deuda de ocho millones de euros que en un principio también complicó el acuerdo con Podemos. Iglesias aseguró que su formación no la asumiría. Por eso, Garzón no ceja en el empeño de desprenderse de la losa de los bancos, que tanta urticaria genera además en Podemos. El último movimiento en este sentido ha sido reciente. Garzón está intentando vender la sede federal de la calle Olimpo, pero la operación no parece sencilla.

El suelo donde se levanta el edificio es una cesión del Ayuntamiento a 75 años y aún quedan 50 para que ésta venza. Se podría vender, pero debería de ser a un comprador que destine el edificio en cuestión a un uso terciario (organizaciones sociales, políticas y no gubernamentales).

Ahora bien, es muy probable que el desenlace final no se conozca hasta Vistalegre II, cuando con toda seguridad se producirá este debate, que por el momento tiene dividida a la formación morada, que tendrá que demostrar si está preparada para superar obstáculos de esta naturaleza. La división actual en Podemos es total y es evidente que Iglesias busca aliados para tumbar las tesis ‘errejonistas’. Unos serán los Anticapitalistas. Y otra, con toda probabilidad, será la Izquierda Unida liderada por Alberto Garzón, que habrá que ver qué posición ocupa en la nueva dirección. Y dónde quedan las siglas de IU, claro está.

Elsa S. Vejo

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