Paro, políticas sociales, corrupción, recortes económicos, el secesionismo catalán…El presidente del Gobierno lleva cinco años contestando a este tipo de cuestiones en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, esta nueva legislatura no sólo ha traído grandes cambios en cuanto a la configuración de la Cámara baja y la aritmética para los pactos, sino también en lo que respecta a las inquietudes de sus señorías. Y muy especialmente en el caso de los republicanos catalanes, que en esta ocasión no preguntarán a Rajoy por Cataluña, sino por el uso del preservativo, un día antes de la jornada mundial dedicada a la lucha contra el sida.
Después de cuatro años preocupados por el proceso independentista y por los recortes en Cataluña, ERC ha optado por cambiar de estrategia y estrenar su primer turno de pregunta al presidente del Gobierno con una sorprendente pregunta que formulará su diputado más mediático, Gabriel Rufián. «¿Qué política está llevando a cabo su Gobierno para fomentar el uso del preservativo?». Una pregunta provocadora, y no por su contenido, sino por su destinatario. Lo normal es que este tipo de cuestiones fueran destinadas a la ministra de Sanidad y Servicios Sociales.
Sin embargo, Rufián ha optado por preguntarle a Rajoy por esta cuestión, así que es posible que cuente con una segunda parte sorpresa. Los grupos parlamentarios formulan sus preguntas al Gobierno, pero después cada diputado tiene la libertad en la réplica de reconducir la discusión por donde considere en los cinco minutos que tiene de intervención. Los asesores del presidente del Gobierno tendrán que preparar su intervención tanto para hablar de las políticas sobre el fomento del uso del preservativo, como de cualquier otra cuestión que pueda estar relacionada, como por ejemplo, en lo referente a la subida del IVA en determinados productos.
Ésta será la primera vez que Rufián pregunte a Rajoy en una sesión de control al Gobierno, aunque el diputado de ERC ya se estrenó en este formato la semana pasada con la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, a la que reclamó una reducción del gasto militar. Tras recibir el 'no' de la también secretaria general del PP, el portavoz adjunto de los republicanos catalanes ni siquiera agotó su tiempo y zanjó el debate con una recomendación: «Pues entonces dígale a la gente que coma balas y duerma en tanques».
Una intervención que acaparó gran parte del foco mediático en un día complicado, teniendo en cuenta que pocas horas antes acababa de fallecer la senadora Rita Barberá en un hotel a escasos metros del Congreso. Es evidente que ERC tirará de Rufián todo lo posible para que sus intervenciones ocupen espacio y tiempo en los medios de comunicación todas las semanas.
Primera pregunta de Iglesias a Rajoy
Una estrategia a la que evidentemente también quiere jugar Podemos. La semana pasada, el secretario general de la formación, Pablo Iglesias, renunció a su pregunta al presidente del Gobierno porque quería que toda la atención mediática recayera en la pobreza energética. Él fue el encargado de interpelar al ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal sobre “la situación de pobreza energética en la que viven más de cinco millones de personas en nuestro país», a raíz de la muerte de la mujer de 81 años de la localidad de Reus (Tarracona) tras incendiarse su vivienda por una vela con la que iluminaba su piso, ya que tenía cortado el suministro eléctrico desde hacía dos meses.
Por lo tanto, esta semana, Iglesias, al igual que Rufián, también se estrenará en su interpelación al presidente del Gobierno, y ambos competirán por ocupar el mayor tiempo posible en los medios de comunicación. El líder de Podemos no lo consiguió la semana pasada con la pobreza energética, puesto que el foco se puso en su ausencia durante el minuto de silencio por la muerte de Barberá. Así que esta semana lo intentará con otra cuestión: «¿Cómo piensa el Gobierno ejecutar las decisiones del poder legislativo?»
Una pregunta con la que con toda seguridad Iglesias intentará afear la fórmula que parece haber encontrado el Gobierno para evitar cualquier cambio que no cuente con el agrado del Ejecutivo: recurrir al artículo 134.6 de la Constitución, según el cual las proposiciones de ley de los grupos parlamentarios necesitan la aprobación del Gobierno si afectan al equilibrio presupuestario. Una preocupación que los sindicatos ya han puesto de manifiesto; y que esta semana irrumpirá con fuerza en el Congreso de los Diputados.
Elsa S. Vejo