La Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (Arhoe) propone a las empresas que hagan «medidas a la carta» e individualizadas para sus trabajadores con el objetivo de que puedan conciliar su vida laboral y profesional.
Así lo concluye en el informe del programa «Es tiempo de conciliar: es tiempo para compartir», en el que hace un llamamiento a las administraciones públicas a diseñar el marco regulatorio necesario para que las empresas puedan adoptar acciones de conciliación tanto para mujeres como para hombres.
No obstante, resalta que la mera implantación de políticas de conciliación y racionalización de horarios no son suficientes en sí mismas, sino que se debe partir de un «genuino y sincero compromiso» por parte de los directivos hacia sus empleados.
Para plantear las políticas de conciliación, Arhoe sugiere que hay que partir de la desigualdad entre las personas en cuanto a experiencias, motivaciones, conocimientos y habilidades.
En consecuencia, las «medidas a la carta, la individuación, la capacidad de adaptación a los diferentes momentos vitales o circunstanciales de las personas será el modo más eficaz de obtener los mejores resultados para la persona y para la organización».
Además, la Comisión apuesta por la igualdad retributiva entre hombres y mujeres y por la flexibilidad y racionalización de horarios laborales, de forma que la persona pueda establecer sus propios ritmos de trabajo, se faciliten estructuras más horizontales en las empresas o espacios con amplias zonas comunes.
Todas estas medidas deben orientarse tanto a hombres como a mujeres, pues solo así se logrará la corresponsabilidad y la igualdad de oportunidades, eliminando todas aquellas que «perpetúan» el «trato injusto» hacia ellas.
En este sentido, los permisos por maternidad y paternidad «son un buen ejemplo» y deberían igualarse en duración y ser pagados y no transferibles, y también deberían equipararse los contratos a tiempo parcial a los de jornada completa.
Arhoe pide además una regulación del teletrabajo como una de las medidas más potentes de flexibilidad laboral, ya que puede convertirse en un «bombón envenenado haciendo que la jornada se extienda en tiempos y espacios insospechados».
El problema de la conciliación es especialmente grave en el ámbito rural, donde los valores, creencias y estereotipos están «más enraizados» y las mujeres cuentan con menos medios y recursos a su disposición para atender a hijos y mayores, «por lo que su papel como cuidadoras no les permite dedicarse a otras tareas».
Y es que el conflicto que supone no encontrar tiempo para poder atender de forma equilibrada las necesidades laborales y personales tiene repercusiones negativas, no solo en el individuo, sino en la familia, el trabajo y la sociedad, advierte Arhoe, que subraya que en España cada vez aumenta más el porcentaje de la población que lo sufre, especialmente las mujeres.
Por el contrario, poder compaginar la vida personal y la laboral supone incontables beneficios, desde mejoras en la salud y posibilidad de realizar otras actividades que aumentan la realización personal hasta una mayor productividad en el trabajo.
Redacción