Construir “una izquierda fuerte, renovada y que se atreva a serlo”. Ésta es la prioridad de un grupo de 51 exmilitantes de Izquierda Unida, pertenecientes al sector expulsado de la federación de Madrid, que han firmado un nuevo manifiesto, titulado “La izquierda que se atreve a serlo”, para recuperar el espíritu reivindicativo del “proyecto de convergencia social y política de las izquierdas que acompañó al nacimiento de Izquierda Unida” hace ya 30 años, y que hoy constatan los participantes, entre los que se encuentran dirigentes históricos, concejales y cargos públicos, sindicalistas y activistas y dirigentes de organizaciones políticas, que “ha sido liquidado”.
¿Qué es lo que reivindican? Un proyecto colectivo empeñado en la defensa de los derechos de los trabajadores y consciente de lo “inaplazable” que resulta “reconstruir y recuperar la izquierda para protagonizar el nuevo tiempo político”. Una izquierda, eso sí, que “evite contaminarse del agresivo discurso del populismo transversal” y recupere ese espacio político, que a su juicio no ocupa Podemos
El origen del mal de IU lo tienen claro: mayo de 2014, tras las elecciones europeas, cuando la dirección entonces de la coalición de izquierdas comenzó a alejarse de la “realidad histórica, cultural, política y organizativa de la izquierda transformadora y abría las puertas un nuevo sujeto, de identidad ideológica difusa y estrechamente vinculado a Podemos”. Así lo advierten históricos de la talla de Paco Frutos, Marisa Castro, Víctor Díaz Cardiel y Justiniano Martínez, todos ellos exmiembros de la máxima dirección de Izquierda Unida y del Partido Comunista.
Los firmantes de este manifiesto, entre los que también se encuentran el Coordinador de Los Verdes, Juan Manuel Román, Julián Sánchez Urrea, portavoz de Convergencia de la Izquierda y Mayka Bellido (Vallecas), aclaran que no se trata de un programa de partido, sino de la “expresión y la voluntad política de un numeroso y plural agrupamiento de personas y colectivos que no renuncian a su identidad ideológica”. Todos ellos reivindican una “formación sin complejos” y se declaran “incompatibles” con dos ideas: “el sectarismo y el populismo”.
Reforma de la Constitución e independentismo
Con este manifiesto, sus firmantes pretenden desmarcarse de Podemos, y recordar que existe otro espacio de izquierdas que no lo ocupa ni la formación de Pablo Iglesias, ni ninguna otra formación, puesto que IU “ya ha sido liquidada”. En definitiva, una izquierda “orgullosa de la tradición histórica y cultural del pensamiento transformador”. Sus participantes, entre los que destacan concejales y cargos electos, como Vicente Astilleros (Casarrubuelos), Jorge Canto (Arganda), Beatriz Martinez (Boadilla del Monte), María Santos Ricoy (Sevilla La Nueva), Esther Oñoro (Perales), Aurora Rodríguez (Fuentidueña) y Óscar Valero (Fuenlabrada), también valoran la “transición”, la “significación histórica” de la Constitución de 1978 y rechazan de pleno el “independentismo”. Aunque sí se muestran partidarios de una reforma constitucional “con el mayor consenso posible, que sea sometida a referéndum para su aprobación por la ciudadanía”.
Además, este medio centenar de expulsados de IUCM cree que esta izquierda debe de estar comprometida con la paz y el diálogo para resolver los conflictos, debe de ser “intransigente” contras las violencias machistas y contra la violencia social generada por la “desigualdad”. Activistas y sindicalistas de la talla de Luis María González, Borja Goñi, Javier Moreno y Javier Cobo advierten de que la “era digital” obliga a la izquierda a ajustar el discurso político, el modelo de organización y la relación con la militancia y la sociedad, pero insiste en que la solución no son formaciones como Podemos. Rechazan el “hiperliderazgo, la publicidad y la propuesta imaginaria”. Y reivindican “el programa y la identidad de la izquierda”.
Es más, esta nueva izquierda debe de “luchar” para que el “trabajo” recupere la centralidad del conflicto. Y debe de volver a poner en valor el papel de los sindicatos, que a su juicio, deben de ser los encargados de “liderar la movilización democrática y la concentración dentro y fuera de la empresa”.
Por todo ello, los firmantes de este manifiesto se comprometen a “coordinar esfuerzos” y a participar en los “debates y actos públicos que sean necesarios”. Y a partir de ahora abren todo este “proceso” a aquellas «personas de izquierda» que suscriban esta posición crítica con la deriva y el discurso de la actual dirección de IU. El objetivo es abrir un debate en torno a la «reconstrucción» de la izquierda «plural y unitaria» y según fuentes próximas al movimiento, la acogida por parte de los ciudadanos «ha sido muy buena».
Elsa S. Vejo