Europa está sufriendo la mayor crisis migratoria de su historia desde la Segunda Guerra Mundial. Faltan centros de acogida, recursos, leyes y trámites burocráticos que permitan que los refugiados, personas que huyen del hambre y la guerra, puedan empezar a vivir desde cero. Sin embargo, en todos los países del continente europeo, entre los que se incluye España, los refugiados tienen que moverse por un largo laberinto burocrático hasta que se pueden asentar definitivamente como ciudadanos en Europa. ¿El principal problema? Europa no está preparada para las decenas de solicitudes de asilo que reciben cada día. Y España no es una excepción.
En concreto, nuestro país ha recibido en el último año más de 15.000 solicitudes de asilo de personas refugiadas. Sin embargo, solo han conseguido asentarse en España 687 personas de las 17.000 que se comprometió el Gobierno a acoger. De todas estas solicitudes –que apenas representan un 1% de las que se registraron en el conjunto de la Unión Europea-, solo se resolvieron poco más de 3.200, de las cuales se aceptaron el 31%.
En plena crisis de refugiados de Siria, María Jesús Vega, portavoz de ACNUR en España ha dejado claro que, en España, el procedimiento de petición de asilos “tiene que mejorar” ya que pueden pasar 4 meses (en el mejor de los casos) hasta que se acepta o no la solicitud por parte del Ministerio del Interior”. La crítica viene en gran medida porque “a lo largo de ese tiempo, las personas están en situación de desprotección tanto a nivel social como a nivel jurídico”, traba que la ONG intenta solventar con ayudas. Además, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) considera indispensable “no congelar las peticiones de asilo con independencia del país del que lleguen.
Recientemente, la defensora del pueblo de España, Soledad Becerril, explicó la necesidad de cambiar la legislación española sobre asilo y refugio para que sea más ágil y mejore la acogida de las personas que solicitan la protección. Además, también reclamó a Europa “unificar y simplificar sus criterios”. Algo “no funciona”, explicó Becerril – “y el problema no se centra solo en España sino que también ocurre en Grecia, Italia e incluso en el resto de los países de la Unión Europea”, explica.
En la misma línea, José Antonio Moreno, representante de CCOO en el Comité Económico y Social Europeo, denunció la actual política migratoria: “Es necesario una política migratoria realista, eficaz y ágil que genere llegadas normalizadas de personas y que se garantice en los 28 países de la Unión Europea un mismo marco jurídico de asilo”.
¿Cuál es su situación es España?
De esos 687 refugiados que España ha acogido, la mayoría han sido distribuidos entre los distintos centros que se encuentran por toda España –los conocidos Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE)- o por pisos de acogida gestionados por el Gobierno y por las distintas ONG (Cruz Roja, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado y la Asociación Católica Española de Migración) , subvencionadas a su vez por el Estado.
Cada una de estas organizaciones, sigue un programa de acogida fijado por el Ministerio de Empleo, que dura entre 18 y 24 meses, “en función de su situación y vulnerabilidad”, explica Raquel Fernández Gibaja, técnico portavoz del programa de refugiados de Cruz Roja, organización que acoge actualmente a decenas de refugiados.
El Gobierno español es el que decide a última instancia si se admite o no al refugiado. En teoría, se estudia el caso en un plazo de aproximadamente cuatro meses (se pretenden evitar con este estudio exhaustivo la entrada de, por ejemplo, yihadistas). Sin embargo, este teórico plazo de cuatro meses “en algunas ocasiones ha llegado a durar años”, según explican desde ACNUR.
Una vez aceptada la solicitud, el gobierno procede a la reubicación temporal de estas personas en los distintos centros gubernamentales o gestionados por las distintas ONG mientras su situación legal se resuelve. “Una vez solucionado este último tema, se procede a su integración dentro de la sociedad y se les ayuda en la búsqueda de trabajo”, explica Alberto Senante, responsable de comunicación de CEAR, a Estrella Digital.
Sin embargo, todo este proceso es muy lento por lo que la defensora del pueblo insta al Gobierno “a revisar la política de protección que da España” así como su proceso. El principal motivo de este retraso es la gran cantidad de solicitudes que, debido en principal medida al alud de peticiones de asilo, “ha atascado” el sistema español. El ejemplo más claro se ve en Melilla que, en el último año, se ha convertido en la provincia de España donde más peticiones se han realizado (6.368, el 42,8% del total) debido, principalmente, a la llegada de personas sirias por el puesto fronterizo de Beni Enzar.
En este sentido, el pasado miércoles 30 de noviembre el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, aseguró que España está siendo cada vez más solidaria y responsable en este ámbito. Sin embargo, el PSOE advirtió que si la actual política de refugiados continua así, España tardará 26 años, y no dos, en acoger a los 17.000 refugiados que se comprometió a acoger. Esther Peña, diputada socialista, calificó de «vergüenza» la «subaste de vidas» de los refugiados y la gestión del Gobierno español de dicho problema.
Más que un compromiso
Todos los países de la Unión Europea se comprometieron hace ya más de un año a reubicar a 160.000 personas que se encontraban entre Italia y Grecia y reubicar a otros 20.000 atrapados en Turquía, Líbano y Jordania. En total, Europa se comprometió a acoger a 180.000 refugiados en dos años. Sin embargo, las cifras de acogidos no llegan ni al 8% del prometido.
España por su parte se sitúa en el octavo puesto de la Unión Europea en el cumplimiento de estos objetivos por detrás de Francia, Noruega, Holanda, Finlandia, Austria, Suiza y Portugal. Desde la ONG Comisión Española de Ayuda al Refugiado, califican estos puestos como “el ranking de la vergüenza”.
Por su parte, el representante de CCOO en el Comité Económico y Social Europeo, José Antonio Moreno, explicó en un acto sindicalista que “es urgente frenar la intolerable violación de derechos humanos que se está produciendo” actualmente en nuestras fronteras.
Andrea Morea