Más que el Día de la Constitución, este 6 de diciembe parecía el Día de la Reforma de la Constitución, ya que los políticos de todas las formaciones, desde el partido que gobierna a los de la oposición, han centrado sus discursos en las posibilidades reales o no de que se pudiera cambiar la Carta Magna.
La mismísima presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha advertido de que cualquier reforma constitucional debe hacerse siempre con «prudencia», ha recordado que «cualquier ajuste» del marco de convivencia debe contar «con todos» y ha alertado de que la Carta Magna no puede cambiarse por otra «solo por y para algunos».
En el discurso que ha llevado a cabo en el Congreso, con motivo del 38 aniversario de la Constitución, ha dejado claro que «no se puede modificar al margen de la misma, ni tendría sentido que la que ha sido Constitución de todos fuese sustituida por una Constitución pensada solo por y para algunos». Ante el Gobierno, diputados, senadores, presidentes autonómicos y representantes de la sociedad civil, Pastor ha asegurado que las instituciones y los actores políticos deben tener claro que el debate sobre estas cuestiones debe ser «profundo y sosegado, abierto a la sociedad y respetuoso con los procedimientos».
Para la presidenta del Congreso, el debate parlamentario «debe procurar construir y no demoler», y aceptar la presencia y la legitimidad de todos los grupos que representan al conjunto de los españoles. Un debate que, según ella, para que dé sus frutos requiere del diálogo y el acuerdo de todos los partidos «mediante la discusión ordenada y sensata» y pensando siempre en el interés general.
Pastor ha avisado de que buscar el entendimiento supone, en ocasiones, renunciar a una parte de las posiciones iniciales cuando como ocurre esta legislatura no hay mayorías absolutas. No obstante, cree que esos acuerdos políticos no tienen por qué suponer «renuncia a los compromisos adquiridos por cada fuerza política con sus electores».
Ha alabado el «camino de progreso y modernización» que ha alumbrado la Constitución de 1978 en estos casi 40 años de vida, una ley de leyes que ha permitido que la unidad nacional sea compatible con el reconocimiento de la «personalidad y de la capacidad política de las comunidades autónomas».
Al margen de los mensajes sobre esa posible reforma de la Constitución, Pastor ha agradecido la presencia de los diputados, senadores y representantes de las instituciones que han aceptado la invitación del Congreso en este aniversario.
Sin citar a los ausentes, como el líder de Podemos (la formación morada estuvo representada por Carolina Bescansa y Pablo Echenique), los portavoces nacionalistas o la mayoría de presidentes autonómicos, Pastor ha asegurado que no se trata solo de un gesto de cortesía, sino que refleja también y «sin ambages», el compromiso «de todos con nuestra Constitución» y con ese «sugestivo proyecto de vida en común», en palabras de Ortega.
La presidenta del Congreso también ha tenido palabras de aliento y de solidaridad con las familias de los andaluces fallecidos en las inundaciones de los últimos días y con las miles de personas damnificadas, y ha reiterado su compromiso permanente con las víctimas del terrorismo, «seguimos comprometidos con las víctimas del terrorismo. Con su memoria. Hoy las recordamos una vez más».
Reacciones
Por su parte, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, precisó que «hay que ser prudentes con operaciones como ésta, no se puede frivolizar», ya que tiene claro que cualquier reforma de este calado no podría afectar ni a la unidad de España, ni a la soberanía nacional, como tampoco a la pertenencia a la Unión Europea y a los derechos que garantizan la sanidad, la educación o las pensiones.
Rajoy recordó el amplio consenso que se alcanzó con la Constitución de 1978, algo en lo que ha coincidido también con el presidente de la gestora socialista, Javier Fernández, que señaló que para crear la subcomisión que se encargaría de trabajar en esta reforma debería haber un amplio acuerdo, momento en el que advirtió del riesgo que tienen las consultas como las que se han conocido en Gran Bretaña, con el Brexit o en Italia, como la que acaba de tumbar a Matteo Renzi, «las soluciones simplistas del 'sí' o el 'no' no deben proliferar, deben producirse antes acuerdos para evitar el fantasma del populismo».
Por su parte, para Pablo Echenique, «la Constitución de 1978 debe ser solo un punto de partida para garantizar que «el derecho a la calefacción, a un trabajo digno y a una vivienda sean plenamente satisfechos». Su compañera de partido, Carolina Bescansa, defendió la inclusión del derecho de autodeterminación en el texto constitucional y puntualizó que si se procede a la reforma de la ley de leyes, Podemos defenderá la inclusión en ella del 'derecho a decidir', o lo que es lo mismo el derecho de autodeterminación.
M. A.