La batalla ya ha comenzado. Es la hora de fijar posiciones entre las dos grandes facciones del partido y sus principales líderes. Restan tan sólo dos meses para el decisivo cónclave de Vistalegre y los 'errejonistas' ya han mostrado sus cartas públicamente. Lo hicieron este viernes con el lanzamiento por sorpresa de un manifiesto crítico que planta cara a Pablo Iglesias, y al cual se han adherido más de 300 cargos de Podemos, entre ellos el propio Íñigo Errejón, que por primera vez respalda con su firma una iniciativa que aboga por seguir una línea contraria a la propuesta por el líder del partido.
Tras el desafío lanzado por Errejón y sus afines, Iglesias y su número dos han vuelto airear sus discrepancias. El primero ha insistido en la defensa de su postura sobre el método de votación del congreso en una entrevista publicada este sábado en el diario digital 'Cuartopoder', dejando claro que es «políticamente más honesto» votar juntos los documentos políticos y las listas, al contrario de lo que plantea el sector de Errejón. También ha asegurado que le gustaría integrar a su número dos en la nueva dirección que salga de Vistalegre II el próximo mes de febrero y ha descartado «rotundamente» que haya riesgo de escisión en su formación.
Por su parte, Errejón ha matizado que el manifiesto contra Iglesias sea fruto de las supuestas luchas intestinas que hay en la formación. En una entrevista en la Cadena Ser, ha dicho que «los manifiestos no van en contra de nadie sino que buscan intentar garantizar un debate político de hacia dónde va Podemos» y ha abogado por «construir un modelo de representación política más maduro», aunque ha señalado que Iglesias debe liderar Podemos tras Vistalegre II.
El número dos de Podemos niega de esta forma «rebeliones y desafíos» en el seno de la formación y señala que el manifiesto reclama que se debata y vote por separado en la asamblea estatal los documentos políticos y las listas para renovar la dirección. «No va en contra de nadie», sentencia. Cree que hay que intentar garantizar que Podemos tenga un debate político de hacia dónde va, «que no tenga que ver con el culebrón o con la pelea de gallos».
«No estamos discutiendo sobre cuáles son las caras, eso es superficial, el debate es cómo recuperar la ilusión de mucha gente. Nada le gustaría más a nuestros adversarios que vernos encerrados en nosotros mismos y peleándonos por caras», ha insistido. Por ello, para el secretario político de Podemos, el avance de la formación pasa por «superar el debate de nombres», algo con lo que también está de acuerdo Pablo Iglesias.
Errejón ha augurado un congreso de la formación morada de «intensa discusión», en el que ganarán «los partidos tradicionales» si desde Podemos «se encierra» y se queda en el debate de las caras, pero en el que saldrá victorioso el pueblo español si logran definirse como una opción transformadora.
El manifiesto plantea que la apuesta es tener un debate previo sobre la estrategia política y el modelo organizativo para luego elegir a quienes deben llevarla a cabo y no votar a los cargos con los documentos en un mismo paquete. Entre los más de 300 firmantes del manifiesto, están Rita Maestre, portavoz en el Ayuntamiento de Madrid; Clara Serra, diputada en la Asamblea madrileña y responsable de Igualdad; Jorge Lago, responsable de Cultura y director de la Fundación de Podemos «Instituto 25M»; José Manuel López, portavoz en la Asamblea de Madrid; y Jorge Moruno, responsable de Discurso de Podemos.
El otro debate «crucial» para Iglesias
Iglesias, sin embargo, advierte de que si hay acuerdo en lo fundamental de lo político y lo organizativo, «lo otro viene solo» y se ha mostrado partidario de integrar a la corriente Anticapitalistas, con quien confiesa tener «una cuenta pendiente».
Para el líder de Podemos también hay otro «debate crucial» que habrá que resolver en Vistalegre II y que tiene que ver con «el espacio que deja abierto el PSOE». Según Iglesias, Podemos no puede parecerse a los socialistas ni «caer en la tentación de ser aves rapaces que caigan sobre esos restos decepcionados que deja el PSOE», ya que, advierte, «hay mucha gente, votantes socialistas de toda la vida, decepcionados pero que no les gusta Unidos Podemos».
La búsqueda de la conexión con el votante socialista decepcionado pero que tampoco se ha decantado por Podemos es una de las cuestiones que más confrontación ha provocado entre los 'errejonistas' y los 'pablistas'. Sin embargo, Iglesias ha dejado claro a sus contrarios que no hay que intentar «disfrazarse de una cosa que no somos teniendo una especie de ansiedad» por llegar a esos sectores ni forzar demasiado «nuestros discursos o identidad. O intentar parecer una cosa que no somos». Y manda un aviso: «cuando nos ha ocurrido, sin que lo hayamos querido hacer, creo que se nos ha penalizado«.
Samuel Jiménez