Arranca una nueva semana dura para el Partido Popular. Después de la Ley Wert, el salario mínimo interprofesional, las pensiones y la Ley Mordaza, ahora le llega el turno a otra de las reformas más polémicas elaboradas por el Gobierno de Mariano Rajoy en la pasada legislatura: la reforma laboral, que será rechazada doblemente. Primero por el Congreso de los Diputados, y después por los ciudadanos que participen en la movilización convocada por los sindicatos el próximo domingo.
Rajoy ya advirtió el día de su investidura que estaba dispuesto a dialogar. De hecho, la aritmética no le deja mucho margen de maniobra. Aunque también lanzó una clara advertencia: no estaba dispuesto a hacer una enmienda a la totalidad de todo lo realizado en su primera legislatura. Y menos aún en nada relativo a su política económica. Tanto es así, que el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, ha tirado de argumentario oficial y ha vuelto a reafirmar públicamente el pleno respaldo del partido a la reforma laboral de Rajoy y su rechazo a la pretensión de que se derogue.
Este martes está previsto que los socialistas pidan al Congreso que apoye la derogación de la reforma laboral y se negocie, bajo el Diálogo Social, un nuevo Estatuto de los Trabajadores que eleve los salarios y recupere el poder adquisitivo y los derechos laborales perdidos durante la crisis. De hecho, el portavoz de Empleo del grupo socialista, Rafael Simancas, defenderá en el pleno del Congreso una proposición no de Ley que insta a acabar con las contrataciones a tiempo parcial y a modificar los contratos temporales para que tenga una causa «verdaderamente justificada».
Lo más probable es que la votación concluya como las últimas votaciones polémicas: todos contra el PP. Aunque habrá que ver la posición que adopta Ciudadanos, que por el momento se ha mostrado favorable a hacer modificaciones, como abaratar la contratación, pero no a derogar la reforma del Partido Popular en su totalidad. De hecho, la formación liderada por Albert Rivera ha optado por introducir una enmienda a esta proposición no de ley para que sustituya el término «derogación» por la negociación de un nuevo marco. Aunque el PSOE no está dispuesto a cambiar este concepto.
El grupo parlamentario socialista, por lo pronto, sí confía en que esta proposición salga adelante con los apoyos de los partidos políticos que favorecieron una subida del Salario Mínimo Interprofesional o que firmaron un alza de las pensiones en 2017 de acuerdo con el IPC (PSOE, Unidos Podemos, Esquerra (ERC), el PNV y la antigua Convergència). Esos votos serían suficientes para aprobarla
«Sin movilización, no habrá cambios»
Aunque este bache no será el único por el que tendrá que pasar el Gobierno del PP esta semana. El próximo 18 de diciembre, con una gran manifestación, arrancará la nueva estrategia de movilizaciones de CCOO y UGT para recuperar los derechos perdidos de los trabajadores. Los sindicatos ya han advertido de que «sin movilización, no habrá cambios». A la marcha, que partirá a las 12.00 horas desde Neptuno a Sevilla, están llamados «todos los ciudadanos de a pie» para conseguir «el fin de la austeridad y de los recortes y la reversión de las reformas antisociales», según advirtieron los secretarios Jaime Cedrún (CCOO) y López Reillo (UGT).
Bajo el lema 'Las personas y sus derechos lo primero. Defiéndelos', la marcha exigirá la derogación de las reformas laborales, salarios dignos, pensiones con poder adquisitivo y sostenibles, y una prestación mínima contra la desigualdad.
Los ‘populares’, por su parte, están convencidos de que la reforma laboral ha sido una de las medidas económicas “más importantes para la creación de empleo en España”. Este lunes, Pablo Casado ha asegurado que tendrá la mano tendida para dialogar y ver qué se puede mejorar, pero ha insistido en que al PP le gusta esa reforma y la defendía en su programa electoral. “El PP votará en contra de esta proposición no de ley”, ha zanjado el portavoz ‘popular’.
Elsa S. Vejo