Después de las acusaciones cruzadas, los enfrentamientos en las redes sociales, los besos de judas e incluso amenazas, las facciones rivales de Podemos se preparan para el ‘sprint’ final antes de la batalla de Vistalegre II. Tras el fracaso de la reunión mantenida este jueves entre los tres principales sectores, los pablistas, los errejonistas y los anticapitalistas, para tratar de alcanzar un acuerdo sobre las normas de votación que regirán la Asamblea Estatal Ciudadana, el partido morado afronta este fin de semana la reunión del Consejo Ciudadano. En este encuentro se decidirán distintos aspectos de la convocatoria, pero el sistema de elección será consultado a las bases los próximos 18 y 19 de diciembre. Esta votación es clave puesto que además de determinar el desarrollo del congreso también servirá para despejar las dudas sobre el liderazgo que se disputa en estos momentos en el partido. De hecho, se trata de una guerra orgánica más que política en la que el sector oficialista encabezado por Echenique e Iglesias pretende orillar a Errejón.
Propuestas de las corrientes
Por el momento, las distintas corrientes no han conseguido alcanzar un acuerdo. Mientras que Iglesias y Errejón siguen enfrentados, los anticapitalistas, encabezados por Miguel Urbán, prefieren mantenerse al margen de la lucha entre los oficialistas y los críticos. Los pablistas abogan por que los documentos político, organizativo y éticos que se presenten en el congreso tengan que estar vinculados a una lista al Consejo Ciudadano o a un candidato a la secretaría general. Es más, el sector oficialista ha querido ir más allá para tratar de asegurarse el control. La propuesta contiene un apartado que ha provocado el enfado de los errejonistas. Echenique planteó una votación que premia los pactos entre candidaturas, como ocurrió en las primarias de la Comunidad de Madrid.
Por otro lado, los errejonistas proponen que los cargos y los documentos se elijan en votaciones separadas, también que el secretario general sea elegido a través de una votación independiente a la de los miembros del Consejo Ciudadano. Por su parte, los anticapitalistas apuestan por que las candidaturas al Consejo Ciudadano lleven asociado un proyecto político, sin embargo, plantean que el documento organizativo se elija por votación separada. Por eso, la votación de los próximos días esclarecerá la pugna de poder entre Iglesias y Errejón por el control de la formación.
Disputa de liderazgo
Entre los días 18 y 19 de diciembre podrán votar el funcionamiento del sistema electoral para elegir el Consejo Ciudadano los 442.000 inscritos en la web oficial de Podemos. Aunque el objetivo de esta votación consiste en decidir el sistema de procedimiento, el modelo de elección de cargos por el que opten las bases definirá el desarrollo de Vistalegre II. Si triunfa Pablo Iglesias todo estaría ya prácticamente decidido, pero si Errejón se impone, el debate en la Asamblea Ciudadana Estatal será agitado. Es decir, los errejonistas saben que si su modelo no gana la votación, su proyecto político quedaría abocado al fracaso puesto que una victoria del sistema propuesto por los oficialistas supondría un refrendo a la figura de Iglesias. Sin embargo, si vence el modelo de Errejón, la figura de Iglesias quedaría tocada puesto que su propuesta cuestiona la permanencia del actual líder de Podemos como secretario general.
Tensión interna
Este mismo viernes Errejón ha comparecido junto a sus afines para mostrar su enfado con el sector oficialista. Acompañado de Rita Maestre, Clara Serra, Jorge Moruno y Tania Sánchez, entre otros, el ‘número dos’ de Podemos ha criticado abiertamente a Iglesias y ha asegurado que su equipo no ha mostrado “demasiada flexibilidad a la hora de intentar llegar a acuerdos”.
Es más, ha afirmado que la propuesta de Iglesias es “continuista” y que eso supone “repetir fórmulas del pasado e involucionar”. Los errejonistas cuestionan abiertamente la estrategia de Iglesias. “Es necesario construir un partido más democrático, integrador y descentralizado” que garantice “el derecho al disenso” y que evite las “fórmulas del pasado” propuestas por los oficialistas. Reniegan de la “máquina de guerra electoral” diseñada en la asamblea que tuvo lugar hace dos años y rechazan las “fórmulas del pasado”. “Debe ser la gente la que decida si se avanza hacia más proporcionalidad y más democracia o si nos quedamos en fórmulas del pasado propias de partidos tradicionales”, han concluido.
Marina García-Rico