El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha apelado hoy a la dirección de su partido a trabajar «por la unidad» y para que después de la asamblea ciudadana estatal la organización no se convierta en «un campo de batalla» de «diferentes partidos» que compiten dentro.
De esta forma, ha apelado a todas las familias de la formación morada, «errejonistas» y «anticapitalistas» incluidos, para lograr un Podemos unido en el que quepa todo el mundo, que deje de ser «el partido de Pablo Iglesias» y que se mantenga como una organización «autónoma» pero caminando junto a los «sujetos» que se presentaron a las elecciones, como las confluencias e IU.
«Tenemos que ser capaces de entender que los procesos de debate destacan entre sus virtudes la capacidad de cerrarse y seguramente las ideas que organicen previamente la asamblea ciudadana, no debieran constituir bloques ni corrientes ni partidos irreconciliables después del proceso», ha sentenciado.
Con este llamamiento Iglesias ha abierto la reunión del consejo ciudadano estatal de Podemos, máximo órgano de dirección entre asambleas, que hoy debe ratificar la fecha de la asamblea ciudadana para el segundo fin de semana de febrero y empezar a organizar dicho cónclave.
Entre la «autocrítica» y los detalles que considera que Podemos debe corregir Iglesias ha incluido la exclusión de las minorías de la dirección del partido, como ocurrió con los anticapitalistas, y la instauración de un «modelo presidencialista» que «exageraron», «demasiado vinculado a la figura del secretario general» y no tanto a los proyectos.
Unos errores que considera que se deben enmendar en este proceso de «refundación» del partido, según lo llama Iglesias, o «proceso constituyente» para su número dos, Íñigo Errejón.
Así, Iglesias ha planteado avanzar para que el Consejo Ciudadano estatal tenga «legitimidad propia» y «no asociada a una figura concreta o un grupo de figuras».
«Eso tiene que ver con firmar contratos con la militancia», ha asegurado el secretario general de Podemos, que defiende que la asamblea de Vistalegre II discuta y vote conjuntamente los proyectos políticos con las candidaturas a la dirección, al contrario de lo que plantea Errejón.
«Necesitamos que Podemos no sea el partido de Pablo Iglesias, que pueda tener diferentes secretarios generales» y «estoy seguro de que más adelante otros asumirán esa función», ha recalcado el líder de la formación morada, que cuenta con el apoyo de todos los sectores del partido para seguir al frente de la organización.
Y ha continuado: «Necesitamos un Podemos en el que todas las ideas quepan, con capacidad de debate y renovación permanente» pero que huya de los «vicios de los viejos partidos».
De esta forma ha emplazado a no convertir Podemos «en un campo de batalla» de corrientes «que compiten dentro», a ser «capaces de volar para entender el país» y de «limitar las lógicas burocráticas internas» para demostrar la capacidad de actuar en las instituciones y de gobernar.
Ese es el partido que quiere Pablo Iglesias sin olvidar que «Podemos no es un fin en sí mismo», sino que debe ser un instrumento para las mayorías sociales y para cambiar la sociedad.
Iglesias ha repasado los inicios de Podemos hace tres años y ha dicho sentir «cierta nostalgia» por el partido que empezó a nacer «como un grupo de activistas y universitarios» en un momento en el que había «ingredientes nuevos para un cambio político», y al que ahora «todo el mundo» toma en serio.
Tras superar «los desafíos electorales en forma de yincana» que han tenido que afrontar, Iglesias ha apostado por seguir trabajado ahora para ir «construyendo espacios de entendimiento» y «un bloque nacional, plurinacional, que nos acerque a la posibilidad de gobernar en España»
«Ganarnos los galones de oposición», ha dicho al señalar otro de sus desafíos, no sólo en el trabajo parlamentario sino también «en la construcción de la oposición popular».
En este sentido, ha insistido en que en Vistalegre II habrá que debatir el tipo de oposición de Podemos que será «política y parlamentaria» pero también «política en lo social».
«Se trata de ser capaces de construir una oposición popular que construya instituciones alternativas», ha añadido.
Ha abogado por «construir esos espacios de contrapoder que permiten previsualizar posibilidades de transformación» para que los ciudadanos vean en Podemos «algo que es diferente y que tiene que ver con una nueva época».
«Nosotros representamos el futuro», ha sentenciado, antes de añadir que ese compromiso con el futuro hay que «construirlo en las instituciones y en lo social».