La población activa de la Sierra de Ávila vive ajena a la realidad que amenaza su entorno. La mayoría de los habitantes de pueblos como Narrillos de Rebollar o que dependen principalmente de la ganadería desconocen la gran cantidad de concesiones mineras que se ciernen sobre muchas de sus parcelas y propiedades. Al final, la polémica mina de explotación de feldespato que tanta indignación ha creado en los municipios cercanos al proyecto es tan sólo una pequeña parte de la ‘tómbola’ minera que se ha tramado en la Sierra de Ávila y en sus alrededores. Así lo demuestran los documentos oficiales existentes en las dependencias mineras de la Junta de Castilla y León del Servicio Territorial de Industria, Comercio y Turismo de Ávila, donde hay varios expedientes de explotación minera abiertos que coinciden en términos municipales y zonas de actuación.
Fusilada y cosida a minas. Así es como puede quedar la sierra abulense sí todas las concesiones mineras deciden ejercer sus derechos sobre ese territorio y comienzan abrir socavones en la tierra de los Vetones. En las últimas semanas ha saltado a la palestra mediática una “pequeña” mina de feldespato que pretende explotar la compañía (Antonio y Javi S.L) con un capital social de 3.010 euros. La ausencia de un estudio de impacto medio ambiental de inicio de la concesión minera y otra serie de posibles irregularidades procedimentales que los opositores al proyecto aseguran que ha tolerado la Administración autonómica, ponen en entredicho un polémico proyecto que en estos momentos se encuentra en el proceso de estudio y contestación de las alegaciones por parte de la promotora.
La población de los municipios afectados por la hipotética actividad minera ya se han organizado e incluso han creado una plataforma para defender sus derechos, bajo el lema ‘No a la Mina de la Sierra de Ávila’. Lo que desconoce esta organización y la mayoría de los abulenses afectados o contrarios a esa explotación minera es que la totalidad de la sierra está ya dividida y marcada por diferentes concesiones mineras. De hecho, casi toda su extensión se divide en cuadrículas mineras que han sido repartidas entre varias empresas a través de los distintos expedientes de explotación que se han llevado a cabo desde la década de los años 80.
La mina de feldespato en realidad son sólo 35 hectáreas de un expediente llamado LEITO que abarca un total de 400 hectáreas y en el que también concurren otros dos expedientes mineros, ‘Adaja’ y ‘Gorria’, que tienen los derechos de explotación de materiales residuales para construcción e infraestructuras como son las zahorras, gravas y arenas. Es decir, en un mismo espacio físico concurren tres expedientes mineros diferentes, que se conozcan. Pero lo peor es que esta situación se repite a lo largo y ancho de toda la Sierra de Ávila y sus alrededores.
Existen diversos documentos a los que ha tenido acceso Estrella Digital demuestran que el Servicio Territorial de Industria, Comercio y Turismo de la Junta de Castilla y León en Ávila ha tramitado numerosos expedientes de explotación minera desde hace varias décadas. Los proyectos han sido aprobados, en su gran mayoría, de una manera sigilosa y opaca, según denuncian los grupos opuestos a estas actividades. Debido entre otras cuestiones a la escasa publicidad que estos han tenido y que ha propiciado que buena parte de la población de esa serranía abulense ignora la profundidad, el calibre y la magnitud de todo el reparto minero que se ha llevado a cabo en sus tierras. Cabe recordar que además todo este tipo de explotaciones se favorecen de una Ley franquista de 1973 aún vigente que dicta que la explotación minera está por encima de cualquier otra actividad e incluso otorga el derecho de expropiar al propietario de la finca o del terreno donde se va a llevar a cabo la explotación extractiva. Y en este caso concreto del conflicto ese reparto minero previo y ajeno a las actividades ganaderas, rurales e incluso a las propiedades de los habitantes de los municipios es una amenaza frontal para sus economías y para su futuro.
Estrella Digital ha tenido acceso a varios expedientes que dividen la Sierra de Ávila en miles de cuadrículas mineras. Dos de ellos destacan por encima de todos, debido a sus grandes dimensiones. Estos son los de ‘Mirueña’ y ‘Cillán’. La primera abarca un total de 2.520 cuadrículas y afecta a 30 municipios de Ávila (algunos como Narrillos del Rebollar o Valdecasa que aparecen en la concesión de la mina LEITO) y 14 de Salamanca. Hay que tener en cuenta además que cada cuadrícula en esa zona tiene una extensión casi equivalente a todo el recinto amurallado de Ávila o incluso superior a los jardines del Campo del Moro de Madrid. Por su parte, ‘Cillán’ es la concesión otorgada más antigua y su extensión de inicio es de 1989 cuadrículas destinadas a la recogida de minerales enmarcados en la sección ‘C’ de la Ley de minas.
La suma de concesiones y sobre todo de cuadriculas mineras hace difícil de imaginar sus afecciones e incluso la extensión real, pues también existen otros expedientes abiertos como ‘La señora de Lourdes’, con 288 cuadrículas, ‘Villatoro’, con 278 cuadrículas, o Río Adaja, con más de 900. ‘Pajarejos’ es una concesión de 41 cuadrículas mineras que actualmente permanece como objeto de concurso minero. El resto de las conocidas están otorgadas y por lo tanto pueden ser explotados en cualquier momento como en la actualidad ocurre con la concesión LEITO, donde quieren poner la mina de la polémica.
La concurrencia de concesiones en la mina de feldespato
Todo este estudiado territorio, que se puede llamar un campo de minas, ahora bajo las cuadriculas de las concesiones mineras otorgadas distrae la atención del principal caso por el que la Sierra de Ávila esta soliviantada y que ya ha saltado a la palestra, las numerosas irregularidades encontradas por los grupos y vecinos opuestos a estas actividades en los informes y expedientes emitidos por el Servicio Territorial de Industria y la Sección de Minas de la Junta de Castilla y León en Ávila. En este sentido, la última anomalía descubierta son las concesiones coincidentes en el mismo espacio físico del expediente ‘LEITO’, ese donde se quiere situar la mina de feldespato.
Una situación extraña que está bien referenciada en los documentos del procedimiento minero a los que ha tenido acceso este diario y donde se esclarece que la empresa Antonio y Javi S.L ha solicitado a la misma vez dentro de la concesión de ´LEITO´ la explotación de otros materiales mineros residuales, que van a encontrar durante la extracción del principal objetivo, el feldespato. Todo ese problema de fondo no se percibe fácilmente ya que el foco se ha situado sobre el proyecto actual de la mina y por tanto no se ha desvelado que esa petición tiene que realizarse a través de otro expediente distinto al tratarse de otros materiales de explotación y venta sujetos a otra concesión. Además es doblemente peculiar por inaudito que las concesiones ‘Adaja’ y ‘Gorría’ coincidan en el mismo espacio que ‘LEITO’, donde ya tienen la concesión del material tipo ‘C’, algo que complica las intenciones empresariales de Javi y Antonio S.L.
Por su parte, la plataforma ‘No a la mina en la Sierra de Ávila’ ha anunciado que ya se ha reunido con todos las formaciones políticas de las Cortes de Castilla y León para trasladarles “el gran número de irregularidades que contiene el proyecto de explotación de Sección C) LEITO nº1122” y espera que esas entrevistas en breve vayan dando sus frutos para que la pretendida mina no se apruebe y de paso se ponga coto al resto de concesiones mineras que tienen ya repartida la Sierra de Ávila. Muchas son las actividades reivindicativas que están efectuando para divulgar los efectos negativos de la minería en ese espacio natural tan bien conservado
Carlos Lospitao