Un geriátrico de la localidad gerundense de Cassà de la Selva ha podido adquirir una treintena de camas eléctricas gracias a una herencia de 840.000 euros que dejó una de las residentes el año pasado.
Según informa el ayuntamiento del municipio, 109.000 euros del total recibidos se destinan a la renovación del mobiliario y, el próximo año, está previsto adecuar el edificio al plan de emergencias, habilitar una unidad para personas dementes, una sala de estimulación multisensorial y ampliar el espacio de actividades.
Por el momento, treinta camas convencionales se han sustituido por eléctricas, que incluyen carros elevadores y mejoran el bienestar de los usuarios.
Todas estas adquisiciones se financian con esa herencia, que permitirá también comprar nuevas butacas eléctricas en los próximos días y realizar actuaciones en las habitaciones que las precisen con mayor urgencia.
El resto del dinero se gastará a lo largo de los próximos años y se ha acordado que una de las nuevas salas lleve el nombre de la anciana que dejó su herencia al geriátrico como muestra de agradecimiento.