Las mujeres juezas han decidido alzar la voz. Cargadas de datos denuncian el desequilibro en la representación de hombres y mujeres en las altas jerarquías judiciales e internacionales, y como ejemplo más concreto, en el Tribunal Constitucional (TC). Desde el año 1980 un total de 60 personas han ocupado plaza en la alta magistratura, de las cuales tan sólo 5 han sido mujeres, es decir, el 8%. Es más, la Asociación de Mujeres Juezas de España (AMJE) revelan que el Tribunal Constitucional incumple la legislación sobre igualdad. La asociación se refiere a la Ley Orgánica 3/2007 que exige la igualdad efectiva de hombres y mujeres. Revindican una «verdadera participación de las mujeres» en las instituciones judiciales.
‘Por un Tribunal Constitucional equilibrado’
La organización reclama a la Administración candidaturas equilibradas que subsanen la descompensación de género que existe en la institución. La AMJE considera que el Tribunal Constitucional debe ser un referente “ejemplar de pluralidad social”. “Y especialmente en la aplicación real, no formal, del principio de igualdad, tanto en sus resoluciones cómo en su composición paritaria de mujeres y hombres. La próxima renovación de las 4 plazas de este Tribunal Constitucional debe ser cumplido por mujeres”, asegura la asociación. “La representación equilibrada de hombres y mujeres en las altas jerarquías judiciales nacionales e internacionales, así como en los cargos u organismos internacionales de mayor responsabilidad sigue siendo en el siglo XXI una quimera”, añade la AMJE que lidera la campaña ‘Por un Tribunal Constitucional equilibrado’.
En el año 2010 en la propuesta que las Comunidades Autónomas hicieron al Senado para nombrar los cuatro magistrados de designación se presentaron 22 nombres, entre los cuales sólo cuatro eran mujeres. “Sólo se eligió a una de cuatro. Dentro del cuerpo técnico de ‘Letrados’ del Tribunal Constitucional, las mujeres sólo alcanzan el 36% en la actualidad (20 y 55). Ninguna mujer ha ocupado nunca la Secretaría General de la institución. Ninguna ha sido nunca jefa de servicio”, recuerda la asociación AMJE. Ahora, a punto de cerrarse el plazo para que las Comunidades Autónomas propongan sus candidaturas en el proceso de renovación de cuatro de sus integrantes que corresponde nombrar al Senado y que finaliza este mes de enero. “Se abre ahora, una nueva oportunidad en este Tribunal para avanzar hacia una representación equilibrada, como requisito de legitimidad democrática de este prestigioso órgano”, dice la AMJE.
Es más, la organización se acoge a una ley orgánica para reivindicar la obligatoriedad que exige la “igualdad efectiva” en el organismo judicial. “Es el turno para que los representantes de la política española asuman sus responsabilidades y den cumplimiento a la exigencia de igualdad real, de acuerdo con lo previsto en el artículo 14.1º y 4º de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, en relación al artículo 14 de la Constitución Española”, explica la AMJE.
Escasa representación femenina en los organismos judiciales
Según datos ofrecidos por la asociación, hasta el año 2015 tan sólo el 17% de los principales Tribunales Internacionales estaban integrados por mujeres y en los Tribunales Regionales de Derechos Humanos sólo el 25% con magistradas. “El techo de cristal sigue siendo infranqueable para ellas en casi todos los sectores económicos y, con mayor virulencia, en las cúpulas de todos los poderes, desde donde se toman las decisiones que mueven el mundo”, dice AMJE.
Los datos de representatividad femenina en altos cargos en la justicia española tampoco son alentadores. Ninguna mujer ha sido presidenta del Tribunal Supremo y apenas lo han sido de los Tribunales Superiores de Justicia o de las Audiencias Provinciales. “Sólo el 13% de las plazas del Alto Tribunal son ocupadas por mujeres. Una y sólo una, de las 17 presidencias de Tribunales Superiores de Justicia tiene nombre de mujer y tan solo 8 de las 50 presidencias de las Audiencias Provinciales de nuestro país son dirigidas por una magistrada. Todo ello en el seno de una Judicatura, en la que más de la mitad de las sentencias son rubricadas por unas juezas que nunca aparecen en la foto oficial de la justicia que cada año ilustra la apertura del año judicial”, recoge la asociación. Por último, respecto al Tribunal Constitucional, las cifras son aún más desequilibradas: desde los años ochenta 60 personas han ocupado la alta magistratura y sólo cinco han sido mujeres.
Marina García-Rico