Existió una caja ‘B’ en el PP, no recibió ningún dinero en efectivo de Francisco Correa y Álvaro Lapuerta era el encargado de gestionar las cuentas oficiales y extra oficiales del partido. Sobre estos tres pilares ha girado la primera parte de la declaración del extesorero del PP que ha tenido lugar este lunes en la sede de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares (Madrid). La Fiscalía Anticorrupción pide 42 años y 6 meses de prisión a Luis Bárcenas por su implicación en la primera época de la trama Gürtel, de 1999 a 2005. “Había una una contabilidad extra contable del Partido Popular”; “Eran recursos que no estaban en la contabilidad oficial. Era una contabilidad extra contable”. Con estas palabras Bárcenas ha respondido a las preguntas de la Fiscalía sobre la existencia de una supuesta caja ‘B’ en el partido.
“Contabilidad extra contable”
Bárcenas congregó a los medios de comunicación, expectantes como siempre que comparece ante la Justicia o cómo cuando abandonó la cárcel de Soto del Real asegurando ante las cámaras que había sido fuerte. Pero hoy tocaba explicar al tribunal que juzga el caso Gürtel se papel en la trama corrupta. Y lo hizo buscando el equilibro entre algún golpe bajo y una sutil pero poco elegante defensa. No es que hubiera caja ‘B’, vino a decir, sino una “contabilidad extracontable”. Un nuevo concepto del personaje en torno al que no dejan de florecen razonamientos, términos y definiciones imposibles: “despido en diferido”; “caja extracontable”.
Para no complicarse una vez más, decidió señalar a Álvaro Lapuerta, el histórico ‘popular’ en los asuntos de la tesorería del PP y ahora diagnosticado con una demencia que le hace vulnerable a las acusaciones pero inmune a las consecuencias. “Le está echando el muerto encima a Lapuerta. Él no ha hecho más que hablar de la caja ‘B’ del partido. Bueno no se ha referido a caja ‘B’, se ha referido a una cuenta extra contable del partido. No esperaba menos de Luis, buscar un nombre estrafalario de algo que se llama sencillamente una caja ‘B’. Está reconociendo una contabilidad B”, afirma a este diario uno de los procesados que prefiere no revelar su nombre.
En concreto, ha afirmado que tanto él como Lapuerta anotaban las entradas y las salidas de los dona ofrecidos al partidos. “No se contabilizaba oficialmente, pero se llevaba el control de entradas y salidas. Lapuerta quería que este tema delicado estuviera controlado, por eso, firmábamos los dos al margen. Lapuerta llevaba el control de los fondos oficiales y más aún quería control sobre los fondos extra oficiales”, ha señalado el extesorero. Es más, ha negado que obtuviera 300.000 euros del dinero ‘B’ del partido, un presunto delito de apropiación indebida por el que está acusado y por el que la Fiscalía le pide tres años de cárcel.
“No he recibido nada de Correa”
Mismo modus operandi para referirse a su relación con Correa. Aunque su señalamiento por el extesorero sí que lo deja ante una evidencia con una plausible calificación jurídica. Además de desmentir parte de la declaración del cabecilla de la trama, los ataques han sido constantes. Ha negado haber recibido “absolutamente nada” por parte de Correa y ha llegado a decir que su posición de poder en el partido “se le subió a la cabeza”. “Niego la mayor, la menor y la intermedia. No he recibido absolutamente nada ni para mí ni para el partido”, ha explicado.
Mientras, Correa, inmóvil desde la primera fila del banquillo, ha escuchado con atención las palabras de su compañero. No ha torcido el gesto ni siquiera cuándo Baŕcenas ha negado la implicación de Sacyr y OHL en la trama corrupta. “Pensar que Villar Mir o Florentino Pérez van a utilizar al señor de la agencia de viajes del PP -en alusión a Correa- para que organice una adjudicación no se lo cree nadie, es una broma”, ha afirmado Baŕcenas. De hecho, tampoco han intercambiado palabras en los recesos del juicio. “Allí nos hablamos todos excepto Luis y Paco (Francisco Correa). Igual que Correa nos repartió a todos cuando hizo su declaración hoy era normal que se las devolviese también de alguna forma. Ellos no se hablan. Se llevan mal desde hace años”, explica a este diario uno de sus compañeros de banquillo.
Bárcenas también se ha referido al motivo por el cual en el año 2003, según él, el entonces secretario general del PP, Mariano Rajoy, decidió romper las relaciones del partido con las sociedades gestionadas por Correa. En su declaración el extesorero del partido asegura que dos empresarios, Joaquín Molpeceres y su yerno, advirtieron a Rajoy de que Correa estaba actuando de manera ilícita en distintos ayuntamientos de la Comunidad de Madrid. Relato que coincide con la declaración del exalcalde de Majadahonda, Guillermo Ortega, también imputado en la trama. Y ha vuelto a insistir: “No he realizado gestiones con Correa”.
Bárcenas, el verdadero hombre de las mil expresiones, puede que se inspirara para su larga declaración en los acordes de los mariachis que le recibieron con el himno del PP a las puertas de la Audiencia Nacional. “Hoy estamos escuchando la contestación de Baŕcenas a la Fiscalía y mañana escucharemos lo interesante, como contesta Bárcenas a su defensa. A él le queda el juicio de los ‘papeles de Bárcenas’, hay muchas cosas que a él no le interesa destapar ahora”, concluye uno de los procesados en la trama.
Marina García-Rico