Unas 5.000 personas han probado ya la sorprendente experiencia de sumergirse a catorce metros de profundidad para contemplar bajo el mar, buceando, toda una colección de esculturas, gracias al museo submarino creado en la costa del sur de Lanzarote por el artista británico Jason deCaires.
El Museo Atlántico, emplazado en la bahía de Las Coloradas, fue inaugurado oficialmente la semana pasada, pero hace ya un año que instaló sus primeras piezas, para ir conformando poco a poco un parque de arte submarino que lleva tiempo abierto a visitas a modo de prueba, han precisado a Efe fuentes del Cabildo de Lanzarote.
«Espero que el Museo Atlántico de Lanzarote constituya un portal hacia otro mundo y fomente un mejor entendimiento del precioso medio marino y de nuestra máxima dependencia de él», señaló DeCaires en el acto oficial de inauguración de su singular propuesta artística.
Diseñado con un enfoque conservacionista y el propósito de crear un arrecife artificial, el museo ya ha provocado un incremento considerable de fauna marina en su entorno, pues lo frecuentan tiburones ángel, bancos de barracudas y sardinas, pulpos, esponjas marinas y la ocasional raya mariposa, aseguran sus responsables.
Este parque escultórico ocupa un área de 250 metros cuadrados (50 x 50) de lecho marino arenoso hasta el momento casi desprovisto de vida, consta de un área de entrada y otra de salida y alberga piezas que se ordenan en una secuencia de doce instalaciones.
Construido con materiales respetuosos con el medio ambiente, sus obras han sido diseñadas para adaptarse a la vida marina.
La iniciativa se promociona estos días en la Feria Internacional de Turismo de Madrid con un expositor propio y como parte integrante ya de la red de Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote, que apoyó su construcción, junto con el Gobierno canario.
La propuesta de este artista británico despertó el año pasado la curiosidad incluso del primer ministro del Reino Unido, en ese momento David Cameron, que aprovechó los días de vacaciones que estaba pasando en Semana Santa en Lanzarote para acercarse a ver, desde la costa, el emplazamiento de las esculturas.
EFE