miércoles, octubre 2, 2024
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Colau expulsa a los hoteles; Carmena los coloca en la Gran Vía

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Es un hecho: la moratoria se ha convertido en limitaciones a la apertura de nuevos establecimientos hoteleros. No habrá hoteles nuevos en el Centro de Barcelona. BComú y ERC han votado en el plenario municipal a favor de aprobar la norma, que ha entrado en vigor este mismo viernes. Hace alrededor de un año que se gesta el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos.

Barcelona expulsa a los hoteles

El sector turístico, no solo el hotelero, se ha opuesto a esta medida. Los 34 millones de visitantes que recibe Barcelona, y que «han mejorado la salida de la crisis», apuntan desde el sector, debieran permitir una estrategia sostenible. Por el contrario, las políticas municipales del consistorio, aseguran, han provocado que se escapen inversiones de las “principales marcas hoteleras del mundo”. Y afirman que generan inseguridad jurídica.

Con el argumento de la saturación, el Ayuntamiento de Ada Colau ha desplazado a la periferia urbana las posibilidades de creación hotelera.

El Plan que ha dividido a Barcelona en cuatro zonas ha planificado un “decrecimiento” de la actividad en las zonas centrales de la Ciudad. En Ciutat Vella, y los barrios de l’Antiga Esquerra de l’Eixample, Sant Antoni, Poble Sec, Gràcia, l’Antiga Dreta de l’Eixample, Hostafrancs, Vila Olímpica y Poblenou, está previsto un “decrecimiento natural”.

En este área se concentra el 60% de la oferta turística de Barcelona. Una oferta con un grado de ocupación de las habitaciones ofertadas en un 76,44%. Ocupaciones que afectan, especialmente, a los Hoteles de mayor categoría.

El decrecimiento de la actividad turística de la zona central se ampara, al decir de la Corporación, en el mantenimiento de la población de las zonas señaladas. No obstante, el problema de fondo es que esta misma mañana Airbnb ofrecía en las zonas protegidas más de 13.000 viviendas. Viviendas que sus propietarios no han deseado, hasta ahora, reconvertir en vivienda social.

Una fuente de turismo irregular, a diferencia de los Hoteles, que la Ciudad no parece capaz de embridar. De hecho, la prohibición de establecimientos turísticos en estas zonas constituye un incentivo al turismo irregular.

Carmena acepta la Gran vía como zona Hotelera

El Ayuntamiento de Madrid presentaba el 17 de enero su diagnóstico de establecimientos hoteleros. Era el momento en el que una parte de Ahora Madrid esperaba para imponer una política turística restrictiva como la impulsada por Colau.

“Frente a una turistificación sólo gobernada por los mercados y las empresas especulativas, es fundamental poner en marcha cambios legislativos y reglamentos que permitan el desarrollo de un turismo justo donde las administraciones, junto con la sociedad civil, sean parte activa de la toma de decisiones”. Ese era el argumentario que en una reunión común entre ediles de Barcelona y de Madrid, se pactaba.

Para sorpresa de una parte de Ahora Madrid, el informe madrileño ha concluido que “no hay saturación” y, por lo tanto, se alejan las medidas contra los hoteles. Se espera alguna medida de cara a los pisos turísticos irregulares, especialmente, en el distrito Centro.

Como ya publicó Estrella Digital, los hoteles arrojan datos muy esperanzadores al alojar en sus establecimientos 4,8 millones de personas en Madrid en los once primeros meses de 2016, o lo que es lo mismo, un 90% de todo el flujo turístico foráneo. De las cifras ofrecidas por el INE, se deduce que 145.000 personas han elegido establecimientos no regulados para hospedarse. Es decir, un 3% del total. Este dato se dispara hasta un 10,2% en el global del territorio nacional.

Respecto a la ciudad de Madrid, en Airbnb, una de las plataformas más reconocidas dentro del sector, a día 3 de enero se ofertaba un total de 7.446 pisos turísticos en la capital. Lo curioso del asunto es que 511 de estos apartamentos pertenecen a 13 usuarios. Es decir, estas personas se reparten casi el 7% del total del ‘pastel’. De hecho, hay un ‘colaborativo’ que ofrece 124 casas, de las cuales 84 están en el distrito centro. Pero el dato es aún más preocupante cuando se observa que el 52,8% de los pisos pertenecen a usuarios con más de una propiedad. Al final, lo que se supone que debía de ser una «economía colaborativa» se ha convertido en un oligopolio encargado de manejar un nicho de economía sumergida.  

Madrid aspira a regular este tipo de viviendas mientras parece dispuesta a ofrecer salidas a los operadores inmobiliarios y turísticos. En contra del criterio de buena parte de su formación política, Carmena asume que la saturación se esta produciendo en los establecimientos de mayor categoría, mientras son los de baja categoría los que compiten con esos pisos turísticos. Por eso Madrid parece dar el visto bueno a una notable inversión hotelera en la Gran Vía.

 La renovación inmobiliaria del espacio de Gran Vía se apoyará en conceptos hoteleros de gran categoría. Marcas como W o Edition del grupo Marriott-Starwood representan el segmento de alta categoría.

Hace poco ya ha abierto Barceló Torre de Madrid, ubicado en plena Plaza de España, que tras ser edificado como un cuatro estrellas superior ha logrado la máxima categoría.

Varios son los proyectos en curso: se espera un hotel de lujo, de capital mexicano, en el número 31, y otro en la Calle Montera. Los gestores no han sido definidos aún. Más próxima será la apertura del VP Plaza de España, proyectado para mayo.

A esta oferta se sumarán otros como el Autograph de Marriott en el número 24 de Gran Vía o el Collection de NH en el antiguo Senator ubicado entre esta calle y Montera.

Miguel de la Balsa

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