Una cosa es usar el teléfono para comunicarse con el resto de los mortales y otra muy distinta hacerlo para poner de los nervios a todo el mundo. Eso es lo que hacía un hombre de 44 años, cuya única afición en la vida parece que era la de acosar sexualmente a mujeres vía telefónica, con gemidos y jadeos a cualquier hora del día.
El sujeto en cuestion ya ha sido detenido por Agentes de la Policía Nacional en Elda (Alicante), después de acusarle de presuntamente realizar hasta 13.500 llamadas de carácter sexual a mujeres de toda España, dos de ellas menores de edad.
Según ha informado la Jefatura Superior en un comunicado, el sospechoso realizaba gemidos y jadeos, llamaba a horas imprevistas y trató de dificultar la investigación al utilizar una línea telefónica a nombre de una persona fallecida.
Al parecer, la investigación se inició en julio del año pasado, a raíz de una denuncia por parte de una de las víctimas menores de edad que recibió más de 400 llamadas en tan solo dos semanas y en las que solo escuchaba gemidos y jadeos de carácter sexual.
Tras las primeras investigaciones, los agentes identificaron al sospechoso y comprobaron que había llegado a realizar más de 13.500 llamadas en tan solo 100 días, y que utilizó su propio teléfono en 426 ocasiones en una misma jornada.
El contenido de la mayoría de las llamadas era generalmente de jadeos y gemidos de carácter sexual, y las realizaba a altas horas de la madrugada, con lo que afectaba gravemente la vida personal y profesional de las víctimas.
Eso sí, no hacía distinciones ni de edades ni de comunidades autónomas, ya que había llamadas para mujeres de todo el ámbito nacional, y lo mismo eran menores que maduritas.
Después de declarar en dependencias policiales, el detenido, de origen español, fue puesto a disposición del Juzgado Cuatro de Elda. La operación ha sido coordinada por agentes del Grupo de Policía Judicial de la Comisaría Local de esta localidad.
Este delito conocido como stalking se encuentra regulado en el Código Penal y hace referencia a conductas reiteradas a través de las que se menoscaba gravemente la libertad y seguridad de la víctima, a la que se le somete por ello a vigilancias, llamadas reiteradas u otros actos continuos de hostigamiento.
M. A.