La importancia de estos vuelos ‘salvavidas’ les otorga de máxima prioridad en el espacio aéreo y aeropuertos, por lo que pueden volar del mismo modo que una “ambulancia circula por carretera”, afirma Luis Alfonso Villalaín, piloto retirado de la compañía privada Gestair.
“Tenemos prioridad máxima para despegar y aterrizar, como es obvio, puesto que son vuelos de importancia vital para quien espera un órgano. La ONT recibe el aviso de la disponibilidad de algún órgano o de varios, llama a los hospitales para avisar de que los tiene y, con una lista de compañías, van asignando los vuelos dependiendo de la conveniencia por cercanía. Es un mecanismo muy rápido y así debe ser porque los órganos tienen muy poca vida desde el fallecimiento del donante”, explica Villalaín.
Para poder llevar a cabo este complejo proceso, Aena llegó a un acuerdo con la ONT con el objetivo de facilitar el tránsito dichos vuelos acordando, por ejemplo, la prolongación del horario de aquellos aeropuertos que no están operativos las 24 horas del día. Este eficaz procedimiento, que según Villalaín, “funciona a la maravilla y no necesita mejoras”, es una de las claves por las que España, con más de 4.800 intervenciones en 2016, continúa siendo líder mundial en trasplantes tras 25 años a la cabeza.
Vuelos ambulancia
Además de los vuelos para trasplantes de órganos, en los que se transporta también al equipo médico que va a realizar, tanto la extracción del órgano donado, como el trasplante, existen vuelos ambulancia medicalizados para trasladar enfermos y heridos a diferentes hospitales.
Durante el pasado año 2016, los Aeropuertos de Canarias y Baleares operaron más del 40% del total de este tipo de vuelos registrados en la red de Aena. El conjunto de Aeropuertos Canarios operó cerca de 3.300 vuelos ambulancia, mientras que los Aeropuertos de Baleares registraron 2.800, seguidos por el Aeropuerto de Málaga-Costa del Sol, el de Barcelona-El Prat y Adolfo Suárez Madrid-Barajas, con 1.100, 800 y 590 movimientos respectivamente.
Marta de la Fuente