«Es la guerra». Como diría Groucho Marx, parece que en el PSOE hay de todo menos tranquilidad. Como si se tratara del mismísimo Sálvame, donde los colaboradores se atacan entre sí, en el seno del partido parece haber tanto nerviosismo con las primarias que hasta unos se acuerdan de las madres de otras con total impunidad.
Eso es lo que se han encargado de recordar ahora las televisiones con las palabras que dijo Miguel Ángel Heredia, secretario general del PSOE en el Congreso de los Diputados, que en una reunión con Juventudes Socialistas afirmó que «me toca las narices que Margarita Robles, que no es afiliada nuestra, que fue miembro del CGPJ gracias al apoyo del PP, diga que la militancia tiene que opinar. Hija de puta, pues afíliate tú primero para empezar».
Una vez pillado in fraganti, se justificó en la Cámara Baja precisando que «era una reunión interna donde el ambiente es más relajado», y pidiendo disculpas si la aludida se había sentido ofendida. Esas disculpas le exculpan a él en lo que atañe a la mismísima Susana Díaz, que al ser preguntada sobre el incidente afirmó que «no comparto ese tipo de valoraciones, vengan de donde vengan, pero él ya ha pedido perdón, y es lo que tenía que hacer».
No es de su misma opinión la citada Margarita Robles, para la que todo esto es por culpa de la batalla de las primarias: «El que queda mal es él, tendrá que reflexionar si es el mejor modelo que se quiere para el PSOE».
En la grabación de aquella reunión de Heredia éste también descalificaba a otros partidos, «nuestro adversario es el Partido Popular pero nuestro enemigo se llama Podemos», e incluso ponía el dedo en la llaga en la persona de Pablo Iglesias, «a ese hay que dispararle de forma permanente, porque no es malo, es peor. Odia a los socialistas». El líder de Podemos también daba su opinión al respecto, y parece que esa acusación no le pillaba por sorpresa porque «es la estrategia del PSOE, atacar a Podemos y a mí».
En otro charco en el que se metió Heredia fue al involucrar a más gente en el tema cuando les dijo a sus compañeros que «el PSOE se entera del acuerdo con Podemos y los independentistas porque me llama cuatro días antes Toxo», argumentando así el que se acabara desde dentro con Pedro Sánchez en un Comité Federal, «por eso nosotros hacemos todo lo que hacemos aquella noche, luego si alguno tiene dudas de cómo se hizo yo estaba allí. Tuvimos que actuar sobre la marcha para paralizar lo que tuvimos que paralizar». Lo malo para él es que el citado Íñigo Fernández Toxo, secretario general de CCOO, niega haber hablado con él.
No es de extrañar que por todo ello otras diputadas socialistas como Zaida Cantera o Adriana Lastra hayan cargado contra Heredia. La primera ha escrito en Twitter que «resulta que para tener libertad de expresión hay que afiliarse, si no eres una hija de puta. Nivelazo», mientras que la segunda dijo ante un nutrido grupo de periodistas que «yo hubiera dimitido».
M. A.