Este 8 de abril se ha convertido en el día en el que la organización terrorista ETA ha dado un paso más hacia su disolución. En 2011 anunciaron el alto el fuego y seis años después han entregado, finalmente, las armas. Atrás quedan las muertes de niños, hombres y mujeres, familias enteras que se han quedado en la nada o que han perdido a un padre o una madre en un atentado. En total, 829 personas han perdido la vida a manos de ETA. Este sábado, con el desarme de la organización, se espera resolver como mínimo un tercio de los atentados, muchos de ellos ya archivados.
A primera hora de la mañana de este sábado, la banda terrorista comunicaba a la Fiscalía de Bayona (Francia), la localización de ocho zulos en los que se encontraban las armas que ha tenido en posesición la organización en sus más de 50 años de existencia. En total, las autoridades policiales que han intervenido en el proceso del desarme han registrado 120 armas de fuego, tres toneladas de explosivos y miles de municiones y detonadores. Este acto ha sido recibido con cautela por los expertos antiterroristas, familias, víctimas y una buena parte de las fuerzas políticas que, entre otras cosas, han llegado a calificar este hecho como «la defintivica derrota de ETA».
El desarme se ha producido después de que el pasado 16 de diciembre, cinco intermediarios, entre los que se encontraba Jean-Noël Etcheverry, representante de la comisión que ha tenido por objetivo certificar el fin del arsenal de ETA, fueran detenidos tras la inutilización de un depósito de ETA en Bayona, Francia. En su momento, el movimiento 'Bizi!' tenía intención de hacer desaparecer varias armas pertenecientes a la organización en el momento en el que éstos fueron sorprendidos. El acoso constante por parte de la policía francesa en cada uno de los movimientos de la organización empujaron a sus integrantes a ofrecer la definitiva entrega de armas el pasado 17 de marzo.
En total, 172 personas se han trasladado a cada uno de los ocho depósitos como 'observadores' en esta entrega de armas. La banda terrorista ha sido la encargada de facilitar a los llamados «artesanos de la paz» la localización de los zulos. En un primer momento, la información apuntaba la existencia de doce almacenes, pero finalmente la cifra se ha reducido hasta ocho, según informaba a mediodía el diario francés 'Le Monde'. Éstos se encontraban en la zona de los Pirineos Atlánticos en las localidades de Etcharry, Audaux-Castetbon, Viellenave de Navarrenx, Maslacq, Lahontan, Barcus, Araujuzon y Saint-Pee-Sur-Nivelle.
Sin embargo, y a pesar del gran número de objetos armamentísticos que se han incautado en las últimas horas, los expertos en la lucha antiterrorista han asegurado que no están todas las armas que ha tenido en su poder la organización a lo largo de sus más de 50 años de existencia. De hecho, varias fuentes han asegurado que dudan de que las armas entregadas «sirvan para esclarecer los más de 300 crímenes que quedan aún por resolver».
Reacciones en las instituciones españolas
El desarme ha generado diversas interpretaciones, en su gran mayoría, provenientes del ámbito político español. Sin embargo, las fuerzas de seguridad y, sobre todo, las víctimas también han tenido la palabra en un día más que significativo. Éstas han pedido el fin «sin concesión alguna» de ETA, con la «aplicación estricta de la ley» para evitar cualquier sombra de impunidad. Además, en un comunicado emitido ayer viernes han mostrado su preocupación por lograr «la deslegitimación política, social y moral» de los terroristas mediante «el respeto al relato verdadero». De esta manera, solo así podrán certificar «la derrota total de ETA», concluyen.
El Gobierno vasco ha querido destacar que «el camino continua» y avanza hacia una «convivencia más normalizada» mientras que tanto la izquierda abertzale como la Comisión Internacional de Verificación (CIV) han señalado que el próximo objetivo es conseguir el «fin de la dispersión del preso, las excarcelación de los reclusos enfermos y la salida de las Fuerzas de Seguridad de Euskadi». En otras palabras, y tal y como ha declarado a lo largo del día Arnaldo Otegui, reclaman la «desmilitarización».
Por su parte, el Gobierno español ha dejado claro que en ningún momento tendrán «un trato de favor y mucho menos impunidad a sus delitos». En este sentido, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha añadido que este desarme se trata de una «operación mediática para disimular su derrota y sacar un rédito político de la misma». La oposición del PP en el Gobierno también ha mentenido esta línea aunque el exlehendakari y actual candidato a la secretaría general del PSOE, Patxi López, ha manifestado que este acto es «la foto de la victoria de la democracia y la derrota del terrorismo».
De esta manera, este sábado 8 de abril ha pasado a convertirse en el día en el que finalmente se ha conseguido poner fin a más de 50 años de bombas, armas, miedo, muerte, dolor y terror.
Andrea Morea