«Ya somos legales… La clase obrera de nuestro país, que con enormes sacrificios y con cárceles y despidos ha rehecho, huelga a huelga, despido a despido, su organización de clase en condiciones históricamente diferentes al pasado, ha creado, a través de Comisiones Obreras, un sindicato de nuevo tipo. somos legales porque hemos luchado para conquistar el derecho a la legalidad. Nada nos han regalado”. Con estas palabras describía Marcelino Camacho, fundador y primer secretario general de CCOO, la legalización del sindicato español en 1977.
Coincidiendo con su legalización, CCOO contaba con un cuarto de millón de afiliados/as y el objetivo del Secretariado Confederal era llegar al primer Congreso, que finalmente tendría lugar en junio de 1978, con más de medio millón de trabajadoras y trabajadores afiliados.
Tan sólo tres meses antes de la legalización de CCOO, fueron asesinados cuatro abogados laboralistas de la propia organización, en un despacho de la calle de Atocha, un hecho que conmocionó a la cuidad de Madrid. Más tarde, el primero de mayo del mismo año, se celebró el día del trabajador con unas manifestaciones muy reprimidas.
Cuarenta años de historia, narran la vida de una organización que ha luchado por los derechos de los trabajadores desde tiempos de cambio en un país con fuertes tensiones políticas. Sus estatutos, definen la comisión como un «sindicato reivindicativo, de clase, unitario, democrático, independiente, participativo, de masas, de hombres y mujeres, sociopolítico, internacionalista, pluriétnico y multicultural. Ideológicamente, se orientado hacia la supresión de la sociedad capitalista y la construcción de una sociedad socialista democrática».
Marta de la Fuente