El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha advertido hoy al de la Generalitat, Carles Puigdemont, de que no piensa ceder ante el «chantaje» al Estado que plantean los independentistas con su ley de ruptura y le ha exigido acudir al Congreso para «dar la cara» ante todos los españoles.
Además de a Puigdemont, Rajoy ha mandado otro mensaje al recién elegido secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y un día después de las primarias socialistas ha asegurado que no piensa adelantar las elecciones ni se prestará a nada que pueda generar inestabilidad.
Cataluña ha centrado el mensaje que el jefe del Ejecutivo ha querido dar a los suyos en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PP, tras publicarse en 'El País' que la Generalitat prepara una ley con la que podría declarar la independencia de forma inmediata y unilateral si no se celebra un referéndum.
Pero en la actualidad también estaba presente Pedro Sánchez, y el presidente ha asegurado tanto en la reunión como en la rueda de prensa posterior que «nada ha cambiado» y seguirá buscando el entendimiento con el PSOE. Depende de los socialistas, ha dicho, que se produzca.
Espera Rajoy en cualquier caso seguir teniendo el apoyo de los socialistas en lo que al debate soberanista catalán se refiere y ha señalado que no piensa otra cosa que no sea un PSOE a favor de la unidad de España y la soberanía nacional.
Rajoy ha hecho esta reflexión en una comparecencia de prensa en la que ha insistido en que no consentirá el «gravísimo chantaje y amenaza» al Estado por parte de Puigdemont ante esta ley «intolerable».
Un texto que hace más necesario aún que Puigdemont atienda la invitación que el Gobierno le realizó el pasado viernes para que acuda al Congreso a «dar la cara», ha dicho. Para el presidente, lo que pretende Puigdemont con esa ley es «una ruptura en toda regla de lo que hoy es España» y hacerlo en 24 horas.
«Es difícil encontrar un precedente tan antidemocrático como ese», ha señalado Rajoy, para quien la norma se trata en definitiva de «un disparate jurídico, político y social», ha advertido.
Y ante este «chantaje» que se plantea, ha prometido que la ley rupturista no entrará en vigor y «la soberanía nacional seguirá siendo la soberanía nacional, mientras el conjunto de los españoles así lo quiera».
«Es inaceptable. No lo vamos a aceptar», ha recalcado el presidente», quien ha reiterado que Puigdemont debe ir al Congreso porque para que su propuesta echase a andar necesitaría el apoyo de la Cámara.
Pero también ha querido dejar claro que si Puigdemont fuera al Congreso, él no iba a apoyar «ni la liquidación de la soberanía nacional, ni la liquidación de la unidad nacional».Y para hacerle frente, Mariano Rajoy ha asegurado que si se debatiera en el Parlamento, él intervendría en ese debate para dejar patente su rechazo. «Yo voy a dar la cara, e invito al señor Puigdemont a que lo haga», ha reiterado el presidente.
Tras la solemnidad de su mensaje sobre Cataluña, Rajoy ha tirado de ironía para hablar de la victoria de Pedro Sánchez, a quien según ha prometido piensa llamar, y si no lo hizo anoche ni esta mañana fue, ha bromeado, para «no molestarle».
El presidente del Gobierno ha dicho en más de una ocasión que «no habrá adelanto electoral» y ha asegurado que tratará de llegar a un entendimiento con Pedro Sánchez, si éste quiere, pero ha advertido de que nadie puede contar con él para «generar inestabilidad».
Ha advertido así de que, «tras lo vivido» y después del «disparate de 2016», no cuenten con él para volver a la inestabilidad, cuando por el contrario él apuesta por «la estabilidad, la solidez, la sensatez y el sentido común».
Además ha explicado que seguirá buscando apoyos en el Congreso como lo ha hecho estos meses que «no han sido fáciles» y en los que han salido adelante cuestiones «importantes», algunas de ellas con el PSOE en contra, como la reforma de la estiba.
En cualquier caso ha insistido en que seguirá actuando como hasta ahora y ha considerado que el concurso del PSOE sería «positivo» en muchas medidas y no ve «por qué no» puede producirse en asuntos como la política europea o la de defensa, así como en la posición común ante las pretensiones de los independentistas catalanes.
Todo tras una reunión en la que el PP ha puesto en marcha la Oficina del Cargo Popular, el órgano autónomo encargado de vigilar a los cargos del partido y prevenir y luchar contra la corrupción y cuyo presidente es ya Manuel Cobo.
Cobo estará acompañado por otros dos «populares» expertos juristas que no tienen cargo en el partido: Andrés Ayala y Beatriz Rodríguez Salmones. Además, el comité ha aprobado una cuota mínima anual para todos los militantes, que será de veinte euros.
EFE