El jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, ha comparado este domingo con el «brexit» las consecuencias del proceso independentista en Cataluña y ha instado a todos los ámbitos de la sociedad, no sólo a los políticos, a implicarse contra esas pretensiones y evitar la «equidistancia»
Rajoy ha hecho esa llamada en su intervención en las jornadas del Círculo de Economía de Sitges, en Barcelona, en la que ha sido su primera visita a Cataluña desde que se conoció un borrador de la denominada ley de desconexión que prepara la Generalitat.
El jefe del Ejecutivo ha asegurado frente a esas propuestas, que cree que provocarían «un trauma», que todo el mundo puede tener la «absoluta certeza» de que no permitirá el referéndum en Cataluña e intentará hacer todo lo posible para que se imponga el sentido común. Pero ha precisado que, ante las peticiones de que haya una solución política, no es un asunto sólo del presidente del Gobierno. «Será un poco del presidente del Gobierno, del Gobierno, de los diputados y de todas aquellas personas que crean en su país. No sólo es un tema de los políticos», ha recalcado Rajoy en una invitación a otros sectores sociales a que se impliquen en el debate sobre las consecuencias de este proceso que ha equiparado con el «brexit». Y ha proseguido: «Con el brexit decían que no pasaba nada, y ahora hablamos de los derechos de los ciudadanos o de cuánto dinero tiene que pagar el Reino Unido».
Rajoy ha recordado «que algunos de los que dijeron que no habría consecuencias para el Reino Unido, comentaron después que habían sido muy exagerados en la campaña electoral y que les habían mentido».
Así, ha asegurado que el «brexit» tendrá consecuencias malas para los británicos y para el resto de europeos pese a que se hizo mediante un procedimiento legal. Por eso, ha invitado a saber con claridad las consecuencias de lo que se pretende. Una de ellas, sería clara, según él, con una Cataluña independiente: «Se irán de Europa digan lo que digan».
Rajoy ha asumido que cada uno tenga sus razones ante el proceso, pero ha precisado que «hay algunos que tienen más razones que otros». «La equidistancia está muy bien, pero no en todo momento ni en todas las facetas de la vida», ha recalcado ante los empresarios asistentes a esta jornada.
También ha calificado de «terribles» las consecuencias económicas que tendría la independencia, ha recordado que el ministro de Economía, Luis de Guindos, dijo esta semana en Sitges que Cataluña podría perder el 30 por ciento de su PIB, y ha señalado que perdería las ayudas europeas y, por ejemplo, dar a batalla para conseguir que Barcelona sea la sede de la Agencia Europea del Medicamento.
Rajoy ha destacado que él se siente español y, por tanto, defiende la unidad nacional y la soberanía nacional, una soberanía que ha precisado que no está «compartimentada». Ha insistido en que ni quiere ni puede permitir un referéndum en Cataluña ni en ningún otro lugar de España.
A su juicio, las pretensiones de independencia de hoy en día son lo peor que le puede ocurrir a todos porque liquida siglos de historia y lazos afectivos de todo tipo y, con ellas, se obligaría a los catalanes a elegir entre esa condición, la de españoles y la de europeos. Además, ha criticado igualmente que se pretenda aprobar la llamada ley de transitoriedad en un día y, en esa jornada, liquidar la Constitución, el Estatuto de Cataluña, la unidad y la soberanía nacional y sacar a Cataluña de Europa. «¿A qué niveles de radicalismo vamos a llegar?¿Cómo se pueden poner decisiones tan importantes en manos de unos extremistas como los de la CUP?», se ha preguntado.
EFE