domingo, noviembre 24, 2024
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La Armada vuelve a chocar con el belicoso HMS Scimitar en aguas de Gibraltar

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El regreso de dos buques de la Armada, la fragata de la clase F-100 Álvaro de Bazán, y el buque de aprovisionamiento de combate Patiño, este domingo de unos ejercicios navales en el Mar de Alborán fue un poco más ajetreado por la belicosidad de un pequeño patrullero de la Royal Navy, que a su paso por aguas cercanas a Gibraltar decidió salir a intimidar a las naves españolas. Un “incidente que ocurre cada semana y al que no damos la menor importancia”, según una fuente de la Armada, vale de excusa a Reino Unido para una nueva protesta. Gran Bretaña reclama para sí un pequeño círculo de dos millas cerca de Gibraltar, lugar de paso casi obligado para los buques de la Armada española si van a recalar en el puerto de Algeciras.

El caso es que el pequeño HMS Scimitar es un caso de reiterativa belicosidad en aguas de Gibraltar. Se trata de un patrullero con siete tripulantes –oficial y seis militares más de dotación–, armado con dos ametralladoras a proa y popa. La fragata Álvaro de Bazán es una de las más modernas que se pueden encontrar en la aguas mundiales, armada con el sistema de combate Aegis, un prodigio de la guerra de misiles, además de sus correspondientes artillería, ametralladoras y dotación de infantes de marina. Sin embargo, la acometida del aguerrido buque de la reina de Inglaterra obligó a una leve maniobra de la Álvaro de Bazán, que se interpretó como agresiva por las autoridades del Peñón. Luego le tocó el turno al Patiño, buque de grandes dimensiones, que arrivó a la Bahía de Algeciras sin más novedad. Ambos atracaron en el muelle de Isla Verde del puerto gaditano.

El historial de incidentes del HMS Scimitar (Cimitarra) es prolongada y comienza en 2009, ya que antes estuvo patrullando las aguas interiores de otro lugar en conflicto para Reino Unido, Irlanda del Norte, si bien bajo el nombre de Grey Fox (Zorro Gris). En ese año, 2009, provocó la protesta del Gobierno de Zapatero al utilizar como diana para unos ejercicios de tiro una bandera española. La baladronada de la Royal Navy se escondió bajo una tibia excusa: dijeron que usaban una bandera de señales de la OTAN, de colores similares.

Dos años después arremetió contra un patrullero español de la clase Serviola, al que conminó a abandonar las aguas que considera territoriales gibraltareñas. Un año después, en 2011, sus iras se dirigieron contra el patrullero de la Armada Atalaya, que estaba actuando contra un mercante irregularmente atracado en estas aguas.

Los incidentes entre patrulleras, lanchas de la policía gibraltareña y de la Guardia Civil española son cotidianas en estas aguas en disputa. Suelen ser utilizadas por el Gobierno de Gibraltar para ejercer presión o llamar la atención en foros internacionales.

Otra cosa es cuando se ven involucrados dos buques de dos marinas de guerra que son teóricamente aliadas, como son la británica y la española, o cuando están a punto de llegar a mayores. Uno de estos graves incidentes con el HMS Scimitar tuvo lugar en 2013, cuando este patrullero estaba supervisando la entrada a puerto de un buque logístico de la Royal Navy, el RFA Wave Ruler, escoltado por una lancha neumática de la policía militar de Gibraltar. Éstos consideraron que una patrullera de la Guardia Ciivl estaba demasiado cerca de la maniobra, momento en el que el HMS Scimitar se interpuso y sus marineros apuntaron a los agentes españoles con fusiles de asalto. La tensión estuvo a punto de convertirse en un drama.

La corbeta Infanta Cristina sufrió los modos violentos del HMS Scimitar, también cuando regresaba de unas maniobras y pretendía atracar en el puerto de Algeciras, hace unas semanas, el pasado 4 de abril.

La Armada española no da absolutamente ninguna relevancia a estas maniobras violentas, motivadas por la reivindicación territorial de poco más de una milla de mar. “El patrullero este es de lo poco que tienen allí, le toca salir todas las veces”, aseguran fuente de la marina de guerra. Estos incidentes sin embargo son aprovechados frecuentemente por las autoridades gibraltareños con fines políticos.

La Bahía de Gibraltar es una de las más transitadas del globo. De hecho, el Estrecho de Gibraltar es el segundo lugar del mundo con mayor circulación marítima (por detrás de Finisterre), lo que da un valor incalculable a la situación de las bases navales españolas y también a la británica de la Roca. Las autoridades de nuestro país se han quejado reiteradamente de las malas practicas en fondeos, eliminación de residuos y reabastacimiento de combustible –por medio de “gasolineras flotantes” con escasas medidas de seguridad– de los buques que fondean en las aguas propias de Gibraltar.

F. de Castro

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