Hay imputados por graves delitos de corrupción que están dispuestos a hacer de sus delitos un show televisivo. El acusado José Luis Peñas, uno de los más enredados en la red Gürtel (el fiscal pide para él seis años y cinco meses de prisión, a pesar de gozar de atenuantes), fue requerido por la Policía Nacional para que entregara su móvil el pasado lunes, sospechoso de dedicarse a hacer fotos en las zonas reservadas y prohibidas para respetar la intimidad de los acusados. Peñas negó a los agentes haber fotografiado un hecho sin duda estremecedor: Francisco Álvarez Cascos y Luis Bárcenas se habían dado un abrazo. Los Policías no le creyeron y descubrieron que había mentido: allí estaban las fotos hechas saltándose todas las normas de la Audiencia Nacional.
Pero esta “pillada” no ha sido óbice para que Peñas siguiera adelante con su show. A mediodía estaba en el plató de La sexta –el más rojo del país, a lo que se ve–, dispuesto a contar la exclusiva. Bárcenas y Álvarez Cascos, que se conocen desde hace al menos 30 años, se dieron un abrazo al verse en el hall de la sala de audiencias donde discurre el juicio. Peñas –que está implicado en la trama, era cargo del PP y cobró directamente de Correa durante años– se mostraba indignado con sus antiguos compañeros y aseguraba que estaba abochornado por “la gente que ha estado gobernando este país”. Eran sus antiguos compañeros de partido, hasta que fue explulsado del mismo. Peñas, junto a otro concejal, formaron un partido que pagaba directamente Francisco Correa. Cuando rompieron relaciones comerciales, Peñas se dedicó a grabar a Correa y entregó luego esas cintas al juez Garzón. Ahora se ve acusado y con seis años y cinco meses de cárcel de petición fiscal.
La intimidad de los justiciables, así como la cantidad y resonancia pública de los testigos que acuden al macro juicio en la sala de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares (Madrid) hace que las medidas de seguridad y de vigilancia de la intimidad y derecho al honor de los asistentes estén especialmente vigiladas. Un flash inoportuno delató a Peñas, que no tuvo empaño en negar la evidencia a la Policía.
El presidente del jurado, el magistrado Ángel Hurtado se ha visto en consecuencia obligado a reprender al singular abogado que defiende a Peñas en el juicio, el concejal de Boadilla del Monte Ángel Galindo. Ambos, Peñas y Galindo (exconcejal y acusado, concejal y abogado), aseguran que ellos destaparon el Caso Gürtel. La actuación de Galindo en la Sala, cuanto menos atípica, lleva a muchos acusados a plantearse si actúa como abogado o como acusación particular, que parece el papel en que se siente más confortable, por más que no sea el que le tiene reservado este juicio.
Redacción