Desde el año 2000, en España está permitido inscribir al recién nacido con el apellido de la madre en primer lugar, siempre y cuando los progenitores enviasen una solicitud al Registro Civil y una declaración de mutuo acuerdo. Sin embargo, a partir de este viernes, con la entrada en vigor de la reforma del Registro Civil, los padres pueden elegir el orden de los apellidos sin más tramite que firmar el registro de sus hijos.
Si los progenitores del bebé no se ponen de acuerdo a la hora de establecer el orden de los apellidos, un funcionario del Registro Civil será el encargado de hacerlo, y tendrá en cuenta criterios como la cacofonía o el significado que pueda obtener un nombre seguido de uno u otro apellido.
Por otra parte, la modificación del Registro civil también permite a los mayores de 18 años cambiar el orden de sus apellidos, sin tener que llegar a un acuerdo con sus padres, como era necesario hasta ahora.
Apellidos españoles
En nuestro país, ya son 23.000 los menores que llevan el apellido de su madre en primer lugar. A dicha cifra, habría que sumarle la cantidad de niños con apellidos invertidos de los años 1999 y 2000, que no constan porque no están informatizados.
La suma de bebés con el apellido materno en primer lugar aumenta cada año. De hecho en los últimos seis años se han doblado. El mayor incremento se produjo en 2011, cuando se superaron los 2.300.
La discriminación que hoy en día continúa hacia la mujer -dado que prevalece el del padre cuando no hay acuerdo- acabará el próximo 30 de junio, si el pleno del Senado y luego el del Congreso, dan luz verde a que acabe esa preferencia.
Diferencias en el mundo y el curioso caso de Islandia
Cada país es libre de establecer el modelo a seguir para apellidar a sus ciudadanos y aunque en la mayoría de éstos sólo se utiliza uno, ya son muchos los que permiten elegir entre el del padre o el de la madre, como en casi todos los de Europa.
Francia, Bélgica, Holanda, Reino Unido o Suecia, donde sólo se utiliza un apellido, son ejemplos ello, mientras que en Italia y Turquía sigue prevaleciendo el apellido del padre. Portugal es el único país, junto con España, en el que se utilizan dos apellidos.
En el resto del mundo hay diversas normas y maneras de apellidar. En India, por ejemplo, los recién nacidos son nombrados con su nombre, el de su padre y seguidamente el apellido paterno. Algo parecido al modelo seguido en los países árabes y en las familia judías.
En Rusia, Bulgaria, Islandia o la República Checa el apellido se forma a partir del nombre del padre, al que le añaden un sufijo según sea niña o niño.
Por ejemplo, en el caso de Islandia se añade son (hijo) o dottir (hija) al nombre del padre. El resultado, si el nombre del padre fuese John, sería Johnson o Johndóttir.
Pero la cultura de los apellidos no es tan importante en todo el mundo. Prueba de ello es que en el Tíbet o Java no los utilizan. Mientras que en muchos países africanos, el apellido es, simplemente, el día que nacen.
Marta de la Fuente