lunes, noviembre 25, 2024
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Sánchez va a Moncloa con su partido silenciado y encuestas a la baja

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Sánchez acudirá a la Moncloa a ver a Rajoy este jueves. La cuestión, tras haber anunciado el rechazo al techo de gasto, tal como se le reclamaba desde Podemos, es saber si la agenda política de Sánchez contiene algún punto que pueda ser compatible con la acción de gobierno. Una situación que crea cierta incertidumbre en su propio partido. El apoyo de la militancia ni se transmite a los sectores críticos ni acaba de lograr la complicidad del conjunto del electorado, según las encuestas. Mientras Sánchez sigue la ‘vendetta’ contra sus compañeros de partido.

La renovación de los órganos del partido se completó sin rastro de cargos y referentes socialistas no afines a Sánchez en la Ejecutiva. Tanto en la Ejecutiva como en el Comité Federal han desaparecido desde las cuotas de representación a la presencia de cargos históricos. La nueva dirección Federal del PSOE ha cambiado a 15 de sus portavoces en el Congreso. De hecho, los únicos contactos que Sánchez ha mantenido con el PP se han dirigido a cambios en las comisiones del Congreso.

Se enfría el frente de los barones

Sin embargo, la intención de remover la silla de los barones regionales o, en todo caso, situarlos ente una tesitura de dificultad, parece con menos fuerza. Susana Díaz ha barrido en los avales andaluces y será la secretaria general de los socialistas andaluces. En Valencia, la segunda federación socialista, Ximo Puig ha doblado en avales al candidato de Ávalos, el secretario de Organización. ha logrado, además, poner a su lado a conocidos defensores de Pedro Sánchez en las primarias, incluidos notables cargos públicos, todo un síntoma de cierta decepción con la forma de ejercer el poder de Sánchez. En Madrid, los apoyos a Pedro Sánchez se encuentran divididos y no emerge una clara candidatura que represente la voluntad del Secretario General.

En suma, los críticos del partido han visto en los resultados de Andalucía y Valencia, y las dudas madrileñas, cierta oportunidad de resistencia. Una resistencia basada, eso si, en una actitud de prudencia y silencio, aceptando el reproche sobre la gestión del pasado que este fin de semana hiciera Ximo Puig.

La agenda política

Si las circunstancias internas producen silencio en buena parte de la militancia, el giro político es, en todo caso, lo que tiene sumido en el desconcierto a buena parte de los dirigentes y, según algunos sondeos, al electorado.

Llevar al exministro José Blanco a la Comisión de Investigación del Alvia accidentado en 2013 es la penúltima actualización de la política socialista. Blanco, siendo Ministro de Fomento y Vicesecretario General del PSOE, inauguró la línea ferroviaria en la que un accidente acabaría costando la vida a 80 personas. Blanco ha pasado de ser mentor de Sánchez a ser crucificado por el reelegido secretario general.

Como se sabe este no ha sido el único giro político que Sánchez ha impuesto en el Congreso. Frente a la lógica negociadora que había impulsado la gestora, Pedro Sánchez ya ha anunciado el rechazo al techo de gasto, antes de conocer detalles del mismo. Inmediatamente, el PP ha puesto la máquina de rectificación y se dispone a negociar con Ciudadanos una reducción de impuestos.

El cambio de posición respecto el acuerdo Comercial con Canadá, anunciado por Twitter por la presidenta del partido, dejo a los socialistas españoles del Parlamento Europeo y a los del Parlamento español absolutamente desautorizados, al tiempo que coloca al PSOE en la agenda política de Podemos.

El cambio se produce, dicen en sectores socialistas, con una decisión políticamente irrelevante. En primer lugar, el comercio con Canada no es tan importante y, en materia de grandes corporaciones, beneficia más a las grandes empresas españolas que a las canadienses. Por otra parte, el apoyo español al acuerdo, basado en la mayoría del Congreso ha ubicado a los socialistas claramente en el bloque de Podemos.

Una parte de la dirección socialista analiza que la posición política del PSOE podría sustituir el pluripartidismo por dos bloques políticos, lo que impediría el rescate de votos por parte del PSOE en esa dirección. Creen que entre Podemos y PSOE no hay más de un millón de votos en disputa, por lo que el PSOE necesitaría una apertura en la otra dirección del espectro político.

El conflicto catalán.

En esa dirección, ayuda la posición aparentemente clara de Sánchez sobre la cuestión catalana, al menos la expresada ante Rajoy telefónicamente. No obstante, la posición del PSC y algunos de sus dirigentes y representantes públicos y algunos mensajes equívocos sobre la plurinacionalidad dejan a los socialistas en una posición siempre subalterna de las posiciones más firmes del debate.

El eje nacional es el más incómodo para la izquierda tradicionalmente y la ubicación de los socialistas nítidamente en ese eje podría dificultar su protagonismo en el conflicto nacionalista.

El efecto electoral

El objetivo de encontrar una alternativa inmediata al PP se desvanece a corto plazo. La imposibilidad de Pedro Sánchez de acordar con fueras nacionalistas, en vísperas del 1 de Octubre, y el rechazo de Ciudadanos, hacen inviable la estrategia. Lo que le queda a los socialistas, en ese contexto, es formar parte del bloque de oposición, como ha mostrado el rechazo al techo de gasto.

El coste de esa estrategia podría ser la subordinación a la agenda de Podemos. Los efectos electorales son los que preocupan a los socialistas. Los sondeos revelan una caída de Podemos que no se sabe muy bien si se debe a su propuesta política y a la moción espectáculo que presentaron contra Rajoy o a la aparición de Pedro Sánchez. Su invisibilidad en los momentos políticos del debate, al no tener escaño es una dificultad añadida a la estrategia del reelegido secretario general del PSOE.

Las encuestas muestran una continua pérdida de votos y crédito de Iglesias, pero al tiempo no revelan un crecimiento relevante del electorado socialista, el desconcierto en el electorado es uno de los efectos que analistas y dirigentes críticos están advirtiendo a Pedro Sánchez. 

Domingo Labrador

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