Aznar ha hecho estas declaraciones en el acto que ha protagonizado este miércoles en Madrid junto a los también expresidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, congregados por primera vez en un evento público para conmemorar el 15 aniversario del grupo Vocento.
Durante la charla que ambos han tenido, los tres han coincidido en situar a Cataluña como el principal reto al que se enfrenta el país en estos momentos.
Según ha señalado Aznar, los objetivos en los que se han embarcado los nacionalistas e independentistas catalanes, cuyo último paso dieron ayer con la presentación del proyecto que daría cobertura legal a una Cataluña independiente, «va a acabar demoliendo Cataluña».
Porque no existe un problema de este territorio con el resto de España, ni viceversa, ni siquiera entre catalanes, pero sí «un problema de unos catalanes» al que hay que responder con la reafirmación de los valores de la democracia, de la legalidad y de la Constitución.
Precisamente de la Constitución ha dicho que es «un gran activo», no «un problema».
Por ello, ha señalado que para hacer reformas en ella hay que concretar primero qué se quiere cambiar, qué condiciones se dan para ello y qué grado de consenso recogería la propuesta.
Si no se da ninguno de estos tres requisitos, Aznar ha opinado que se estaría produciendo «una pérdida de tiempo» cuando España no está ahora para debates de «magnitud ridícula».
El expresidente del PP se ha mostrado a favor de articular mecanismos políticos que busquen soluciones al desafío independentista, aunque sin perder de vista un principio que no se puede desdibujar: la defensa de la nación española, de su historia y de su soberanía, que reside sólo en el pueblo español.
«Estar en política es hacer política», ha sentenciado el exlíder del Partido Popular.
EFE